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Ramón Serra

Ramón Serra (1954-2022)

Productor musical de la «movida»

The Kings, James Braun, BB King, U2, Pretenders…tocaron en Madrid de su mano

Ramón Serra  icono
Nació en Madrid el 17 de agosto de 1954 y falleció en la misma ciudad el 4 de octubre de 2022

Ramón Serra Rexach

Si una cualidad destacaba por encima de las demás en Ramón era su cordialidad para con todo el mundo; ello unido a sus habilidades para la conciliación y la mediación le convertían en la persona ideal para solventar conflictos interpersonales, ya fuera en el ámbito familiar, profesional o social.

Hace unos días ha fallecido, de modo inesperado, Ramón Serra Rexach. Cuando Tierno Galván decidió que Madrid tenía que ser el centro de la «movida», Ramón fue el gestor del Área de Cultura del Ayuntamiento y, como tal, responsable de lograr que las grandes estrellas de la canción visitaran la capital de España después de muchos años de aislamiento musical. En esos años 80, Ramón organizó los grandes conciertos en el paseo de Camoens, donde se daban cita más de 200.000 personas, o en el famoso Rockódromo. The Kings, James Braun, BB King, U2, Pretenders…tocaron en Madrid de su mano. Después organizó conciertos míticos como el de Amnistía Internacional o la inauguración del estadio olímpico de Barcelona con Sting, Bruce Springsteen y Peter Gabriel. También los de los Rolling Stone o Jean-Michel Jarre y, por supuesto, españoles como Mecano o los Rebeldes. En otro orden de cosas fue el responsable de organizar grandes eventos privados como congresos para el Banco de España, juntas de accionistas de Bankinter o las graduaciones del Instituto de Empresa.

La terrible noticia del fallecimiento de Ramón nos ha sorprendido a todos. La familia hemos sido testigos del número, la cantidad, la diversidad y, en muchos casos, la antigüedad de sus amigos, que compartieron nuestro dolor. Amigos no sólo de diferentes extracciones sociales, de distintas ideologías, de muy variadas trayectorias profesionales y también de muy diversas edades; a los más jóvenes, Ramón les dio siempre lo que necesitaron: consejo, ayuda y cobijo. Ramón tuvo una vida profesional intensa, así como distintos «hobbies», lo que puede explicar esa diversidad, pero nunca pensamos que hubiera generado tan profundos sentimientos de gratitud. Gratitud que muchos de sus amigos quisieron expresar públicamente en su muy singular y emotivo entierro. Pusieron de relieve la inmensa generosidad, siempre discreta y reservada, que Ramón tuvo con muchos de ellos.

En un mundo movido, en proporción a todas luces excesiva, por intereses exclusivamente materiales, la generosidad anónima («que tu mano izquierda no sepa lo que hace la derecha») es digna de la mayor alabanza.

Todo ello hacía de Ramón la mejor encarnadura del verso de Antonio Machado: «Un hombre, en el buen sentido de la palabra, bueno».

Si una cualidad destacaba por encima de las demás en Ramón era su cordialidad para con todo el mundo; ello unido a sus habilidades para la conciliación y la mediación le convertían en la persona ideal para solventar conflictos interpersonales, ya fuera en el ámbito familiar, profesional o social.

Ramón nos dio, en definitiva, una lección de vida, supo entender mejor que los demás la vida y supo disfrutarla gracias, quizás, a su excelente sentido del humor.

Sin salir de la perplejidad y tristeza que nos ha producido su muerte, para su mujer Bacarcho, sus hijos Lucía y Juan, sus hermanos, familia y amigos, podemos decir, con el poeta, que su ejemplo y memoria nos deja «harto consuelo». Con él se va un protagonista de una época dorada de la cultura en Madrid.

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