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26 de abril de 2024

Pedro Solbes.

Pedro SolbesEFE

Pedro Solbes (1942-2023)

El 'superministro' de Zapatero que negó la crisis de 2008

Ministro de Economía y Hacienda y vicepresidente segundo, la carrera de Pedro Solbes acabaría marcada por su rechazo a las señales de crisis

Pedro Solbes.
Nació en Pinoso (Alicante) el 31 de agosto de 1942 y falleció en Madrid el 18 de marzo de 2023

Pedro Solbes Mira

Con una larga carrera ligada a la Economía y la administración –tanto española como europea–, su negativa a implantar medidas de urgencia para frenar los efectos de la crisis de 2008 marcaron su legado.

«No hay crisis. Si la hay y los ciudadanos nos dan la confianza, gestionaremos la crisis». Estas palabras, pronunciadas a comienzo de 2008 durante la Comisión de Economía del Congreso arrastrarían a Pedro Solbes, hasta entonces considerado uno de los principales valores del Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero, hasta su cese en abril de 2009.
Casado y con tres hijos, Solbes se doctoró en Ciencias Políticas por la Universidad Complutense de Madrid además de estudiar Derecho y Económicas. Acostumbrado a las duras negociaciones con los reguladores europeos para la entrada de España en la UE –participó activamente como secretario de Estado para las Comunidades Europeas–, sus rivales siempre reconocieron su capacidad para llegar a consensos. Como ministro de Agricultura entre 1991 y 1993, tuvo que lidiar con los agricultores tras la reforma de la PAC, lo que le valió el cargo de ministro de Economía en 1993 hasta la victoria del PP en las elecciones de 1996.
El Gobierno del propio José María Aznar lo escogería en 1999, junto a Loyola de Palacio, para ocupar una de las dos plazas asignadas a España de comisario de Asuntos Económicos y Monetarios en la Comisión Europea. Desde Bruselas, Solbes participó con éxito en la última etapa de transición al euro y el fin de la peseta.
Sin embargo, en este periodo también vivió una de sus grandes derrotas cuando en 2003 se negó a flexibilizar la aplicación del pacto de estabilidad en contra de los intereses de Alemania y Francia. Su exceso de ortodoxia le pasaron factura ya que el Ecofin acabó dejando en suspenso el plan en un mensaje de laxitud presupuestaria que Bruselas no tardaría en lamentar.
Tras la victoria del PSOE en las elecciones de 2004, históricos del partido como Felipe González o Alfredo Pérez Rubalcaba le pidieron que volviera a hacerse cargo de las finanzas del estado, algo que aceptó como condición de estar solo una legislatura. Esta primera etapa estuvo marcada por sus enfrentamientos nada disimulados con otros miembros del Gobierno, especialmente con Miguel Sebastián, entonces responsable de la Oficina Económica del Gobierno.
La ortodoxia que tantos dolores de cabeza provocarían en Bruselas funcionaron a la perfección durante esa primera legislatura, marcada por el crecimiento y la estabilidad de la economía española. De hecho, la victoria del PSOE en las elecciones de 2008 comenzó a pergeñarse en el debate televisivo que protagonizó junto a Manuel Pizarro, fichaje de Mariano Rajoy para hacer frente al ‘superministro’ Solbes.
Ese icónico debate contribuiría a su vez, a su caída. Pizarro, como un profeta del apocalipsis, centró su discurso en las señales que, a comienzos de 2008, empezaban a dar pistas de la que se avecinaba mientras que Solbes le acusaba de demagogo y catastrofista. Los sondeos de la cadena darían al ministro como ganador, pero las advertencias del expresidente de Endesa se demostraron totalmente ciertas.
El propio Solbes reconocería posteriormente en sus memorias que aceptar continuar una segunda legislatura fue un error. Con todos los indicadores económicos en rojo, sus enfrentamientos ideológicos con Zapatero por la reducción del gasto público eran cada vez mayores. Finalmente, en 2009, agotado, fue sustituido por Elena Salgado.
Exactamente dos años después de su salida, por la ley de incompatibilidades, entró en el consejo de la italiana de Enel –propietaria de Endesa– y de Barclays. «Las puertas giratorias existirán siempre y, si no existieran, será una desgracia», comentaría tiempo después.
En 2018, Solbes admitiría que se equivocó totalmente en las previsiones macroeconómicas durante su etapa en el Ministerio. «No fuimos capaces de detectar la fuerte recesión española en 2009 y se pensaba volver a una situación de crecimiento en 2010. Esperábamos un aterrizaje suave de la burbuja, pero no fue así», señaló durante la Comisión de investigación de la crisis financiera del Congreso en uno de los pocos ejemplos de contrición que se vieron por esas fechas.
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