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Birgitta

Princesa Birgitta de SueciaStella Pictures/ABACA

S. A. R. la Princesa Birgitta de Suecia (1937-2024)

Un verso suelto en una corte rígida

Pese a un estilo relajado que mantuvo hasta el final, fue la única de sus hermanos que contrajo matrimonio con una persona de igual rango, el Príncipe Juan Jorge de Hohenzollern-Sigmaringen

Birgitta
Nació en el castillo de Haga, Solna, Estocolmo, el 19 de enero de 1937 y falleció en Mallorca el 4 de diciembre de 2024

Birgitta Ingeborg Alice Bernadotte

Princesa de Suecia

Profesora de Gimnasia, en 1961 contrajo matrimonio con el Príncipe Juan Jorge de Hohenzollern-Sigmaringen. Tuvieron tres hijos.

La Princesa Birgitta de Suecia pedía a sus amigos a los que invitaba a pasar la tarde al Palacio Real de Estocolmo —más grande que el madrileño Palacio de Oriente— que se abstuviesen de dirigirse a ella por títulos o tratamientos y la llamasen por su nombre de pila. Lo que hoy parece normal dado el rumbo que ha tomado la actual generación de la realeza europea rezumaba ruptura en lo que por entonces era la Corte más rígida del Viejo Continente. «Los que ironizan sobre la pompa de la Corte de Londres es porque no conocen la de Estocolmo», suele decir lady Pamela Hicks, única hija aún viva del almirante Mountbatten y, por lo tanto, sobrina carnal de la anterior Reina consorte de Suecia.

A este exigente marco se le añadía la delicada situación de la Princesa y de sus hermanos Margarita, Desirée, Cristina y Carlos Gustavo, huérfanos de padre desde que su padre, el Príncipe Gustavo Adolfo falleciera en enero de 1947 en un accidente de aviación al regresar de una cacería en los Países Bajos. Baste decir que el actual Rey solo tenía 8 meses en el momento de la tragedia. La educación de todos ellos recayó principalmente en la madre de todos ellos, Sibila de Sajonia-Coburgo-Gotha, una princesa de carácter severo y distante, que nunca terminó de adaptarse al país escandinavo.

Unas circunstancias que tal vez incitase a la Princesa Birgitta a seguir rompiendo algunos moldes. Por ejemplo, cursar una formación universitaria para ser profesora de Gimnasia —una profesión que ejerció durante un breve periodo— o mantener un romance con el jugador de hockey sobre hielo Sven Tumba. Sin embargo, a la hora de contraer matrimonio, el viejo sistema de parentescos surtió efecto: durante un viaje a Alemania en 1959 para visitar a sus numerosos primos allí afincados, quedó prendada del Príncipe Juan Jorge de Hohenzollern-Sigmaringen, miembro de la rama católica de la dinastía.

La negativa de Juan XXIII a permitir un matrimonio celebrado según el rito luterano ayudó a superar el escollo religioso, si bien la Princesa no abrazó la fe de Roma, pese a haberlo pedido. Además, su marido, como segundón de su casa, tenía que ganarse la vida, objetivo que cumplió desarrollando una sólida carrera en el universo museístico que culminó como director de la Pinacoteca Regional de Baviera.

El matrimonio, que engendró tres hijos, llevó una vida apacible en Múnich hasta que separó a mediados de los noventa; pero sin dar nunca el paso del divorcio. Incluso aparecían juntos en las ocasiones más señaladas de la Corte sueca. La Princesa se trasladó a Mallorca, donde vivió discretamente, jugando al golf y dedicándose a obras benéficas. Eso sí, hace unos años publicó unas memorias muy sinceras. Fiel a sí misma.

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