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Francesco Pazienza

Francesco PazienzaEl Debate

Francesco Pazienza (1946-2025)

Miembro de la Logia P2

Implicado en la quiebra del Banco Ambrosiano e interlocutor de Ali Agça, negó la mayoría de las acusaciones, pero la Justicia terminó demostrándolas

Francesco Pazienza
Nació en Monteparano (provincia de Taranto) el 17 de marzo de 1946 y falleció en Sarzana (provincia de La Spezia) el 22 de junio de 2025

Francesco Pazienza

Capo, espía y conseguidor político

Reclutado por la contra inteligencia italiana en los setenta, después de abandonarla ejerció durante años de conseguidor delictivo en varios escándalos de altos vuelos. Prófugo en 1984, fue extraditado de Estados Unidos en 1986 y condenado en diversos fallos, antes de obtener la libertad condicional en 2007.

Pazienza significa paciencia en italiano y, en el caso de Francesco, quien hizo gala de esa virtud para desenmarañar todas sus actividades fue la Justicia. Al final fue condenado a 14 años de prisión por la quiebra del Banco Ambrosiano —vinculado a varias personalidades vaticanas—, por quiebra y asociación delictiva, y por el delito de obstrucción a las investigaciones en el atentado contra la estación de Bolonia del 2 de agosto de 1980, cuyo balance fue de 85 muertos. Su apellido está, asimismo, vinculado a varios escándalos e investigaciones judiciales que alimentaron la trágica actualidad italiana durante los «años de plomo», periodo que abarca la década de los setenta y la primera mitad de los ochenta.

En el caso del Banco Ambrosiano, según las conclusiones judiciales, el principal condenado, Roberto Calvi, que pasaba por apuros económicos recurrió a Pazienza —miembro de la Logia P2, pese a negarlo con insistencia— y, a cambio de su mediación con los círculos con los que mantenía contacto, obtuvo ingentes cantidades de dinero. Versión de Pazienza, en uno de sus libros: «el Banco Ambrosiano no quebró, sino que fue absorbido por diversos parásitos. Ha llegado la hora de restablecer la verdad». Su «verdad» no es sino una de las mil piezas del oscuro mosaico de los secretos más inconfesables la Italia contemporánea.

En cuanto a la masacre de Bolonia, Pazienza recibió condena por haber intentado manipular las investigaciones, colocando el mismo tipo de explosivo en un tren Milán-Taranto en 1981. La lista se alarga con los misterios que siguen rodeando al secuestro del parlamentario regional de Campania —capital, Nápoles— Ciro Cirillo, secuestrado por las Brigadas Rojas en 1981. Pazienza negoció la liberación del político democristiano involucrando también a figuras vinculadas a la Camorra napolitana, lo que valió el apodo de faccendiere —conseguidor— que le puso el periodista Eugenio Scalfari.

De las mediaciones en secuestros a los dudosos contactos con terroristas: Ali Agça, que intentó asesinar a Juan Pablo II en 1981, alegó haber recibido la visita del faccendiere en su celda de Ascoli Piceno, una circunstancia que Pazienza siempre ha negado. Pero también hay evidencias, aunque no plasmadas en una condena penal.

Así las cosas, nada extraño que Pazienza fuera un indicador —esta vez sí lo admitió— del Sismi, antiguo nombre del servicio de inteligencia de Italia, entre 1979 y 1981, hasta que fue expulsado. Un corto periodo durante el que tuvo tiempo de comprobar la existencia de un «Super-Sismi», estructura paralela, especializada en la desinformación y la difusión de noticias, dudosas como las relaciones con Libia del hermano de Jimmy Carter.

Mas como la redención puede afectar a cualquier hombre, desde que obtuvo la libertad condicional, Pazienza fue uno de los promotores de los helicópteros de rescate acuático y participó en las labores de rescate del terremoto de L'Aquila de 2009. Nunca es tarde si la dicha es buena.

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