¿Cómo educan a nuestros hijos?
El actual Gobierno concibe la educación como una carga para el alumno, cuando en realidad es una extraordinaria oportunidad para ser mejor y para progresar en el más noble sentido de la palabra
En este país llamado España, al que tanto queremos y por el que tanto sufrimos, tan solo hubo dos sistemas educativos en los últimos cincuenta años: el que puso en marcha Villar Palasí en la última etapa de Franco y el que diseñó el PSOE en los ochenta del siglo pasado bajo la batuta de Maravall y Rubalcaba. Y nada más. El PP intentó tarde sus reformas y los socialistas siguen empeñados, de manera abrasiva, en no consensuar nada en una materia crucial para un país. Los del actual Gobierno conciben la educación como una carga para el alumno, cuando en realidad es una extraordinaria oportunidad para ser mejor y para progresar en el más noble sentido de la palabra. Es esta una batalla que hay que dar constantemente. El PP ya debería estar anunciando que cuando regrese al poder va a modificar la ley Celaá, probablemente la propuesta más antidemocrática, además de reaccionaria e involucionista, que en esta materia se recuerda en el último medio siglo. No explicar filosofía es no ayudar a pensar y a ser críticos. No enseñar historia es no ayudar a comprender a tu país y tus orígenes. No colocar a los jóvenes en el camino del esfuerzo es restarle oportunidades. Cuando estimulas la voluntad del alumno por el buen camino, estás creando ciudadanos democráticos; cuando mimas y desalientas al estudiante, estás creando pequeños dictadores. Cuando te radicalizas, generas radicales en el otro lado. A ver si te enteras, Sánchez. Mañana hablaremos de Feijóo.
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