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26 de abril de 2024

El puntalAntonio Jiménez

Nosotros sí te creemos y apoyamos, Teresa

Apuestan por las Rociítos y por las Marías Sevillas que secuestran a sus propios hijos para apartarlos de sus padres a los que acusan falsamente de pederastas mientras desprecian a una menor abusada

Actualizada 02:13

Teresa, la niña de 14 años que sufrió los abusos sexuales por parte del hombre que debería velar por su integridad física y protegerla de depredadores como él mismo, es ya una joven mayor de edad que difícilmente puede ocultar los estragos de una infancia difícil en un entorno alejado del familiarmente aconsejable y deseable.
Teresa ha cumplido ya los 19 años, tiene un niño y pronto dará a luz otro bebé. Vive con su pareja y no están sobrados económicamente. El joven padre de sus hijos trabaja de forma temporal en el montaje y desmontaje de alguna feria mientras ella cuida de su pequeño y aguarda el nacimiento del segundo miembro de una familia vulnerable y condicionada por una economía de subsistencia a la que contribuye Cáritas y, a duras penas, el padre de Teresa.
Hablé con ella en El Cascabel y la parquedad de sus palabras, consecuencia de una deficiente formación durante su traumática infancia, fue suficiente para confirmar que jamás recibió ayuda económica o apoyo de la Generalidad valenciana a pesar de su adversa situación.
Teresa sigue siendo la víctima de una administración autonómica a la que osó desafiar denunciando con 14 años al repugnante sujeto que se valió de su posición de poder, como educador del centro en el que estaba acogida y tutelada, para abusar de ella. Este caso se remonta a 2017 y, como es sabido, es cosa juzgada y sentenciada con 5 años de prisión para el depredador al que su entonces pareja, Mónica Oltra, intentó encubrir y proteger desde el Gobierno valenciano, ocultando los hechos.
Han pasado 5 años y, en ese tiempo, Teresa no sólo no ha encontrado el amparo, la comprensión, el perdón y el apoyo de los poderes públicos de esa comunidad, sino que desde la misma Consejería responsable de su tutela, se le intentó criminalizar y desacreditar acusándola de ser una joven conflictiva a la que condujeron esposada hasta el juzgado en el que declararía como víctima de las agresiones sexuales. Nunca encontró Teresa el favor del histérico feminismo excluyente de la izquierda populista.
Nadie, ninguna mujer del Gobierno de Ximo Puig ni del Ejecutivo socialcomunista que preside Pedro Sánchez, se ha acordado antes y ahora de ella como víctima de este asqueroso episodio, en contraste con el generoso respaldo político dispensado a la encubridora exvicepresidenta valenciana.
Esa banda de sinvergüenzas e hipócritas que no tienen escrúpulos y exhiben sin complejos su impudor mientras se valen de una impostada superioridad política para conceder credenciales democráticas y refrendar vomitivos comportamientos carentes de ética , han apoyado a una de las suyas a pesar de la gravedad de los hechos que se le imputan e ignorado a la víctima .
Apuestan por las Rociítos y por las Marías Sevillas que secuestran a sus propios hijos para apartarlos de sus padres a los que acusan falsamente de pederastas mientras desprecian a una menor abusada.
No cabe mayor infamia e indignidad en los comportamientos de las y los inanes e intelectualmente vacuos y vacuas Irene Montero, Ione Belarra, Yolanda Díaz, Ada Colau, Alberto Garzón y tantos, tantas y tontes otros que los españoles padecemos y pagamos con nuestros impuestos por insultar nuestras inteligencias desde el Gobierno de la nación o desde los gobiernos autonómicos y alcaldías.
El vergonzoso akelarre de Oltra, Baldoví y demás dirigentes de Compromís días antes de que la ya exvicepresidenta valenciana dejara el cargo, fue el fiel reflejo de cómo esta izquierda radical, populista, demagoga e identitaria entiende el ejercicio de la política de forma excluyente y sectaria en favor de los suyos. Mientras tanto, Teresa y su pareja tratan de encontrar un empleo que les permita estabilizarse y sobre todo, la justicia y la tranquilidad que no han tenido hasta ahora.
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