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17 de mayo de 2024

HorizonteRamón Pérez-Maura

Más Zapatero en campaña, por favor

Tanto gritar que Vox subía en Andalucía sirvió para que el PP tuviera mayoría absoluta allí. Y la misma advertencia repetida este año en las elecciones municipales y autonómicas ya se ve qué resultado ha tenido

Actualizada 01:30

Carlos Herrera ha tenido una brillante idea. Ayer invitó a José Luis Rodríguez Zapatero a intervenir en su programa de la COPE en horario de máxima audiencia. En un momento en que la principal amenaza para una victoria del PP es que las encuestas generen una excesiva confianza en los votantes, lo que con la fecha disuasoria en la que Sánchez ha convocado los comicios puede provocar un alto índice de abstención, una intervención como el desaforado alegato perpetrado ayer por Zapatero en la COPE es el mejor movilizador del voto con el que podía soñar el centro derecha español. Si esto hubiera tenido lugar en la SER o en TVE o La Sexta, no hubiera tenido tanto valor como el que tuvo en la hora de máxima audiencia en COPE.
Escuchar a Zapatero diciendo que «no contempla» que Sánchez no revalide la Presidencia del Gobierno, que apoya los pactos de Sánchez con los etarras y los independentistas catalanes, los indultos, reivindicar que con ETA acabó él y que en Cataluña las cosas están mejor porque ya no hay Proces es algo que no dejará indiferente a ningún oyente de esa cadena de radio. Hoy en día, la mayor parte de las audiencias de las grandes emisoras escuchan la que les ofrece mayor reafirmación en sus ideas. Y en ese sentido, creo que la entrevista de Herrera a Rodríguez Zapatero debió alterar y alertar a muchos oyentes que probablemente contemplaban la aparición del último Sondeo de GAD3 en ABC con gran satisfacción: 183 escaños para la suma del PP y Vox en la estimación más baja frente a 133 para el PSOE y Sumar en la estimación más alta para ellos.
Está claro que Rodríguez Zapatero va a ser un elemento fundamental en la campaña electoral en la que estamos incursos en la práctica. Más que nada porque los barones y cargos socialistas que se han quedado sin empleo después del 28-M son más bien poco partidarios de ir a suplicar el voto para quien les ha dejado en el paro. Como hacía en sus campañas presidenciales –según confesó a Iñaki Gabilondo– él quería crear tensión, polarizar la opinión pública. Pero lo que no parece tener en cuenta es que la percepción que la mayoría de los españoles tiene hoy de Sánchez se parece mucho a la que tenían de Rodríguez Zapatero cuando en 2011 decidió no concurrir a las elecciones generales y pasar los trastos a Alfredo Pérez Rubalcaba.
Es posible que aquí haya un reparto de papeles con Sánchez. Porque desde las elecciones del pasado 28 de mayo, del discurso del presidente candidato han desaparecido las advertencias contra la llegada de la extrema derecha, el fascismo y zarandajas similares. A día de hoy creo que es evidente que el electorado no se cree esa milonga del supuesto peligro que representaría Vox para la democracia. A la democracia española la amenazan más que nadie los aliados del PSOE: Bildu y ERC.
A estas alturas está bastante claro que Sánchez va a blandir otro mensaje. Por dos veces ya, esa supuesta amenaza de Vox y de la «extrema derecha» contra la democracia se ha estrellado con la decisión de los votantes. Tanto gritar que Vox subía en Andalucía sirvió para que el PP tuviera mayoría absoluta allí. Y la misma advertencia repetida este año en las elecciones municipales y autonómicas ya se ve qué resultado ha generado.
Y no pierdan la esperanza los que esperan ver a Sánchez desalojado del poder. Un par de entrevistas más con Zapatero en TreceTV y El Debate y la mayoría del centro y la derecha será abrumadora.
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