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05 de mayo de 2024

Cosas que pasanAlfonso Ussía

Hastío

Actualizada 01:30

Hartazgo, hastío, indignación, impotencia… ¿Qué hacemos los españoles que todavía amamos, sufrimos y deseamos que España siga siendo España? He visto repetidas veces en las redes sociales, los periódicos impresos, los digitales y en los informativos de las cadenas de televisión, la imagen de Sánchez saludando con una cordialidad exuberante a la representante de EH Bildu y antigua colaboradora de la ETA. No tengo ganas de escribir. Las tengo de vomitar. Jamás – hamás para Sánchez-, me he sentido tan despreciado y humillado. Un presidente del Gobierno de España pactando con el terrorismo a cambio de su permanencia en La Moncloa. ¿Está loco o simplemente es un vividor y un desalmado? ¿Es un psicópata, un chulo de billares o un ser perverso? Me siento cohibido y acobardado. Jamás – hamás para Sánchez-, creí que sus mentiras terminarían por superar los límites de la traición. ¿Advirtió durante su campaña electoral que para seguir gobernando pactaría con la nueva ETA dirigida por los mismos que la vieja ETA? ¿Prometió indultar a los golpistas catalanes que incendiaron Cataluña durante dos jornadas de organizada cobardía? ¿Adelantó su intención de humillar a la Constitución vigente con una amnistía que deja desnudo y sin defensa a nuestro Estado de Derecho? No lo hizo. Todavía, aunque cada día que transcurre desciende su número, quedan socialistas honestos. Perdió las elecciones con rotundidad, pero el valor diferente de los votos en las Vascongadas y Cataluña le permitirá gobernar con las minorías separatistas y partidarias del terrorismo. Nos deja en manos de Puigdemont y de Otegui. Y millones de votantes socialistas y comunistas están de acuerdo con ello. Los pesebres, los comederos que garantizan el mantenimiento de los vagos, los votos clientelares que garantían un futuro a quienes no han dado en su vida con un palo al agua, son muchos más de lo que parecen. Hay que dejarse de interpretaciones enfrentadas o encontradas, porque lo que hoy nos sucede a los españoles sólo tiene una interpretación y un diagnóstico. La ETA ha vencido al Estado, y el separatismo catalán ha vencido al Estado. Ellos nos gobernarán y Sánchez permanecerá en La Moncloa, quizá más débil que nunca, pero con el soporte de un inmenso poder, fronterizo con la dictadura. El Tribunal Constitucional es ya de su propiedad, y su presidente se ha convertido en el colaborador óptimo para culminar la ignominia. Europa calla. Europa es una puta. No quedan socialistas como aquellos que comprendieron que la reconciliación en los años de la transición política era un logro que asombró al mundo. No hay relevo de Rubalcaba, de González, de Guerra, de Javier y Luis Solana, de los socialistas vascos que ofrecieron su nuca a la ETA. Hoy los recuerda Luis Ventoso en su formidable artículo «Es casi imposible caer más bajo». Sobra el «casi, Luis. Me sumo a la memoria y su homenaje. Germán González López, fotógrafo, afiliado a UGT y PSOE. Asesinado con 34 años. Enrique Casas, senador del PSOE. Asesinado con 40 años. Vicente Gajate, municipal en Rentería. Militante del PSOE. Asesinado a los 34 años. Fernando Múgica Herzog, ilustre abogado donostiarra. Asesinado a los 62 años. Francisco Tomás y Valiente, presidente del Tribunal Constitucional -¿Siente algo al leerlo, señor Pumpido?-, asesinado a los 63 años. Fernando Buesa, asesinado en el campus de la Universidad de Vitoria. Con él fue asesinado su escolta. Portavoz del PSOE en el Parlamento Vasco. Tenía 53 años y para los jóvenes vascos de hoy les suena algo porque el pabellón deportivo en el que juega el Baskonia lleva su nombre. Juan María Jáuregui, de 44 años, Gobernador Civil de Guipúzcoa, ex militante de la ETA y el PCE, afiliado el PSOE en 1980. Ernest Lluch, ministro de Sanidad y partidario del diálogo con la nauseabunda banda terrorista. La ETA dialogó asesinándolo a los 63 años.
Froilán Elespe, concejal socialista de Lasarte. Asesinado a los 54 años. Juan Priede, de 69 años, concejal del PSE en Orio. Le pulverizaron la cabeza de un disparo. Joseba Pagazaurtundúa -¿te acuerdas, Pachi López, de las palabras de su madre?-, antiguo militante de ETA P-M, afiliado posteriormente al PSOE. Luchador en sus últimos años, siempre dando la cara, contra el terrorismo. Isaías Carrasco, concejal del PSOE en Mondragón. Asesinado a los 43 años. Su ataúd fue llevado, entre otros, por Pachi López y el maltratador de mujeres Eguiguren, negociadores con la banda terrorista.
Sánchez, pactando con EH Bildu su permanencia en el Gobierno, los ha vuelto a asesinar. Y a 897 inocentes con niños y todo, para completar la cuenta. Tendrá su castigo.
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