Conde-Pumpido ¡Qué vergüenza!
Tanto es así que los propios dirigentes de Junts se han encargado de darle la razón al citado magistrado admitiendo que lo de la reconciliación es una falacia porque el conflicto sigue vigente y sólo puede resolverse con un referéndum de secesión
Ya está. Seis supuestos togados de un más que cuestionado reconocimiento y prestigio jurídico acaban de perpetrar el mayor blanqueamiento a una ley política claramente corrupta cual es la de amnistía. La mayoría sanchista del Tribunal Constitucional, TC, encabezada por el servil Conde-Pumpido, que actúa como un órgano político de parte al servicio de los intereses del Gobierno que les designó, considera desde ahora que todo lo que legisle y apruebe el «Congreso Frankenstein» de España es plenamente constitucional mientras no lo prohíba expresamente la Carta Magna.
Si el Gobierno de Sánchez y sus socios parlamentarios, en virtud de su mayoría y de esa aberrante creencia de que la soberanía reside en el Congreso y no en el pueblo español, o sea en todos sus ciudadanos, consideran que hay que legislar a favor de la esclavitud o de la ablación del clítoris, lo harán en el convencimiento de que como la Constitución no lo prohíbe, Pumpido y sus secuaces al servicio del sanchismo en el definitivamente desprestigiado Tribunal Constitucional (TC), fallarán siempre a favor de la constitucionalidad de semejantes aberraciones políticas, sociales, éticas y morales.
El TC acaba de avalar la Ley de Amnistía y de paso la posibilidad, hasta ahora perseguida por el sueño húmedo del independentismo y de los partidos desafectos a la Carta Magna, de que el Poder Legislativo, esto es, el «Congreso Frankenstein», puede aprobar leyes al margen del espíritu y la letra de la Constitución.
Un exmagistrado del TC, este sí de reconocido prestigio, Manuel Aragón, dejó escrito hace un año en un evidente y fundamentado rechazo a lo que ahora justifican Pumpido y sus cuates que «eso de que las Cortes Generales sean soberanas podría calificarse como otro 'bulo' más de los que tanto abundan en la zafia discusión pública. La democracia constitucional ( y la española lo es) nació justamente para limitar el poder de la mayoría parlamentaria. Por eso cualquier ley que, como la de amnistía, contradiga la Norma Fundamental debe considerarse inválida».
No lo considera así la sesgada mayoría sanchista del TC, liderada por Pumpido, que con su decisión favorable a la amnistía ha validado que cualquier ley que perpetre el Parlamento está legitimada. Aunque sea una ley política corrupta como la de amnistía «que ha tenido –señala en su voto particular discrepante el magistrado César Tolosa–, como única finalidad que un partido político se mantenga en el poder, cuando carecía de la mayoría parlamentaria para ello y, por otro lado, que beneficie a los que han dado su apoyo con los votos que faltaban para dicha mayoría parlamentaria…., una ley que constituye una autoamnistía.., arbitraria y carente de justificación real cuyo origen se encuentra en un acuerdo político orientado para asegurar los votos necesarios para la investidura del presidente del Gobierno a cambio de impunidad y no en la búsqueda del interés general, ni en un verdadero proceso de reconciliación nacional». Tanto es así que los propios dirigentes de Junts se han encargado de darle la razón al citado magistrado admitiendo que lo de la reconciliación es una falacia porque el conflicto sigue vigente y sólo puede resolverse con un referéndum de secesión.
Es una obviedad, por ende, la que describe en su voto particular discrepante César Tolosa, pero no por ello hay que dejar de recordarlo para valorar el alcance de la infamia contra la Constitución que Conde-Pumpido ha perpetrado y Sánchez celebrado, después de que meses antes él hubiera rechazado esa misma amnistía por inconstitucional. Antes de las elecciones del 23 de julio de 2023 sostenía lo contrario de lo que después, una vez conocidos los resultados de las urnas y advertido de que necesitaba los votos de Puigdemont, ha defendido sin vergüenza y sin escrúpulos algunos.
Mucho antes ya había dado muestras de su arbitrariedad, imposturas y falta de principios, pero con la amnistía Sánchez ha superado cualquier expectativa que se fijara por más increíble y aberrante que pudiera resultar. Además, ha tenido el descaro de apuntarse el éxito de la reprobable sentencia subrayando que el TC ha apoyado su política de «ibuprofeno» con el independentismo, como si el citado tribunal fuera un órgano independiente al servicio de los intereses generales de España y en defensa del espíritu y la letra de la Carta Magna y no de los de Pedro Sánchez para que pueda seguir en el poder.
Mientras Sánchez se felicitaba del aval del TC a su ley corrupta de impunidad a cambio de votos, otra afrenta más al Estado de derecho y a la igualdad de los españoles ante la ley, Conde-Pumpido perdía el último jirón de su manchada toga de jurista bajo sospecha que le quedaba, después de aquella otra infame decisión de indultar a los politicones socialistas de la corrupción de los ERE, por orden de Sánchez, suplantando incluso al Tribunal Supremo. Supongo que si el Tribunal de Justicia de la Unión Europea le enmienda la plana al Constitucional español y falla contra la Ley de Amnistía, como ya han hecho la Comisión de Venecia y la propia Comisión Europea, descalificando por tanto la decisión de los 'pumpidos', estos tengan un arrebato de dignidad, asuman la vergüenza de haber validado una autoamnistía y dimitan en bloque.