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Pecados capitalesMayte Alcaraz

ZP y Puigdemont en Suiza

Zapatero tiene ante sí la más importante de las misiones encomendadas por Pedro: convencer a Puigdemont de que el olor a podrido que exhala el Gobierno es mejor, por muy pestilente que resulte, que la mera posibilidad de que la derecha gobierne

Zapatero tiene ante sí la más importante de las misiones encomendadas por Pedro: convencer a Puigdemont de que el olor a podrido que exhala el Gobierno es mejor, por muy pestilente que resulte, que la mera posibilidad de que la derecha gobierne. Bueno, la derecha española. Porque Junts está a la derecha de la derecha. Vamos, y más que va a estar si Silvia Orriols y su Alianza Catalana sigue comiéndole la tostada.

Quizá sea en Suiza, como en junio. El siniestro expresidente socialista ya está haciendo las maletas. Primero, Lanzarote, para recargar pilas proletarias en un palacete de lujo asiático, y luego, a los brazos de Puchi. Ya tiene escrito el guion de lo que le va a ofrecer al casero monclovita.

— Buenos días, molt honorable president en el exilio.

Bon dia, José Luis.

— Me dice el presidente Sánchez que no podemos dejar caer la legislatura, que las encuestas dan a los fachas de Feijóo y Abascal más de 180 diputados, y eso no lo remontamos ni locos. President, no lo remontamos.

— Ya, Zapatero, pero yo necesito algo más que promesas de que me vais a eximir de la cárcel. ¿Por qué no mandáis detener a Pablo Llarena, que me tiene de la orden europea de detención hasta la barretina?

—No podemos, president. Ya nos gustaría. Mi jefe sueña con meter en la misma celda a la juez Biedma, la de su hermano, a Peinado, el de su mujer, a Hurtado, el del fiscal, y a Llarena. Cuando consiga aprobar la ley de Bolaños intentará quitar la instrucción a estos fascistas y dársela a la fiscalía que ya sabemos de quién depende, pero mientras tanto, pues ajo y agua.

— Es que encima le dais alas a ese Llarena. Mira que le echamos de Cataluña acosándole a él y a su familia, pero he leído que ha sido el ponente del recurso de apelación y que ha dado la razón al juez Puente para mantener a Cerdán en la trena. Encima, dadle publicidad…

— Mira, molt honorable, nosotros poco podemos hacer. Yo sigo peleando para que España sea la Venezuela europea y copiemos el modelo de Nicolás. Para qué tantos poderes: con el Ejecutivo es suficiente. Ni judicial ni legislativo…, tanto exceso. La soberanía popular es esto: manda el presidente, que para eso es el padre de la patria y de los desheredados.

— Oye, Zapatero, he leído que en un canje de prisioneros metisteis la pata y tú y Maduro liberando a un asesino que se cargó a tres personas en un bufete de abogados de Usera. Vaya papelón el tuyo…

— Bueno, si nos ponemos así, te saco yo cuando te escondiste en el maletero de un coche, como un gallina, y dejaste aquí el marrón a Oriol y compañía… Ah, y lo de tu título de periodista que es más falso que las urnas del 1 de octubre de 2017.

— Me escondí, sí, porque me querían trincar. Pero yo, por lo menos, no ando en sucios negocios con los chavistas y con los chinos. Porque tú tienes ahí un business muy suculento. Y recuérdale a tu presidente, el de La Mareta, que si quiere cuento yo cómo negociamos lo de venir hace un año, ante las narices de la policía, y escaparme bajo un gorro de paja… Dile que la policía no es tonta, aunque se haga la tonta cuando se lo manda la política. Y de títulos, Pedro no me puede dar lecciones. O recordamos lo de su doctorado…

— Oye, si te pones así, te recuerdo yo que el casoplón de Waterloo te lo está pagando el Gobierno catalán y, por tanto, el dinero de todos los españoles. Así que menos ironías con La Mareta…

— Pues si llegamos a eso, no te olvides que el casero de la Moncloa soy yo. Tengo siete hermosos votos en el Congreso que, con que yo baje el pulgar, pueden mandar a tu señorito al piso de Pozuelo que le pagó el suegro ese de las saunas, don Sabiniano se llama, ¿no?

— Eso ya no te lo consiento, president. Nosotros los socialistas somos progresistas y feministas, no como tú y los tuyos, una recua de burgueses conservadores, casposos, por cierto.

— Eso, eso, muy progresistas, pero mira cómo le vais a dar a Oriol el cupo catalán y vais a mandar a Extremadura, Castilla-La Mancha, Valencia, etc a la ruina. Ni yo lo hubiera hecho mejor. Y lo de feministas… No me hagas reír, José Luis. Si quieres llamamos a Koldo, a Tito Berni, a Ábalos, al suegro de Pedro… No me tires de la lengua.

— Sabes lo que te digo, Carles, que me voy. Pero no cuentes con volver si te portas mal. Y las encuestas no te favorecen si se adelantan las elecciones.

— Hombre, ZP, que tú hables de urnas, cuando llegaste al poder después del atentado del 11-M, con la que liasteis aquel fin de semana electoral de 2004. Mejor estate calladito.

— Puigdemont, como diría mi admirada Gloria Fuertes, que mi dios ateo la tenga en su gloria: «Mi partido es la paz. Yo soy su líder. No pido votos, pido botas para los descalzos que todavía hay muchos».

— Además de todo, Zp, eres un cursi. Au revoir.

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