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Cartas al director

La cancelación del pensamiento

Lo políticamente correcto ha transformado el lenguaje público, buscando evitar expresiones que puedan ofender a minorías. Si bien este enfoque pretende promover el respeto, su aplicación desmedida puede coartar la libertad de expresión y limitar el debate intelectual. George Orwell advirtió en 1984 sobre el peligro de restringir el lenguaje como medio para controlar el pensamiento, una crítica que resuena en el actual clima cultural.

Autores como Jordan Peterson han denunciado cómo lo políticamente correcto puede derivar en una forma de autoritarismo ideológico, donde las palabras son juzgadas más por su impacto emocional que por su intención o contexto. Según Peterson, esto genera una «cultura del miedo» que inhibe discusiones necesarias para el progreso. Slavoj Žižek, por su parte, critica que lo políticamente correcto crea una sociedad hipócrita donde el discurso es cuidadosamente neutral, pero las tensiones subyacentes permanecen intactas.

Si bien la cortesía y el respeto son esenciales para una convivencia armónica, debemos evitar que la sensibilidad excesiva sustituya al diálogo crítico. Como decía John Stuart Mill, la verdad surge del choque de ideas, no de su supresión. Equilibrar el respeto con la libertad de expresión es un reto indispensable para preservar tanto la justicia como el pensamiento libre.