El zumo de Gila

A quien echa siempre 50 euros de gasoil le da igual que éste suba o no.

Ni que puto amo ande en coyunda con nocturnidad y alevosía y ya a plena luz del día con terroristas y separatistas, ni que mientan, ni que les paguemos la coca y las putas… Ni el bolsillo, que junto a los palos, es lo que más teme el españolito, nos los echamos con agua caliente. ¡Son las subvenciones, idiota! Subvencionan todo y, en política, como sabe muy bien el que subvenciona, subvención es consustancial con mangoneo.

Acabo de leer lo que le ha dicho un joven sudamericano a una entrevistadora:

Te crean todo ese chiringuito para robarte con los impuestos que produces y hacer la mayor población posible dependiente del Estado… Luego no te sientes capaz de ser autosuficiente económicamente y no emprendes […] Al final tienes a cuarenta El zumo de millones de borregos dependiendo del Estado. Y cuando tienen que votar, tienen que elegir entre quien les da ese dinerito todos los meses y el que te pone a trabajar y terminan votando al que regala el dinerito, que siempre, siempre, siempre es la izquierda».

Estas historias me recuerdan inevitablemente a Gila:

¡Qué cosas! Hay zumos de naranja refrigerados que los concentran y los desconcentran, le quitan el agua y luego se la ponen. Que digo yo ¿y si luego se la ponen para qué se la quitan, no? En Don Simón, lo he visto yo, exprimen la naranja directamente y punto.