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Cartas al director

El emigrante español

Es moneda de uso corriente escuchar en los ámbitos de la izquierda que hay que aceptar sin ambages la entrada masiva de inmigrantes, porque generan riqueza y porque todos hemos tenido a algún emigrante en nuestra familia.

Sí, todos hemos tenido un emigrante en nuestras familias, pero con una diferencia, los emigrantes españoles se marchaban a otros países europeos (Alemania, Francia, Suiza, etc.), con un contrato de trabajo debajo del brazo, con un estricto examen médico, sobre todo bucal, que acreditaba la salubridad de esa persona para evitar posibles contagios, con una remuneración dignísima que les permitía—para eso se iban—tener unos ahorros importantes, hacerse una casa o vivir de ese trabajo el resto del año; otros decidían quedarse a vivir y empezar una nueva vida contribuyendo a la grandeza del país de acogida, integrándose perfectamente en sus costumbres y educación sin crear problemas a la sociedad.

Así que, amigos de la izquierda, el inmigrante que venga a ganarse honestamente la vida… adelante y a contar la verdad sobre nuestros emigrantes.

Antonio Peñalver

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