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Cartas al director

María Corina, un grito de libertad

Este año, el Nobel de la Paz concedido a María Corina Machado es uno de los premios más merecidos. El Comité Noruego del Nobel decidió otorgar el premio a la opositora al régimen de Nicolás Maduro «por su incansable labor en la promoción de los derechos democráticos del pueblo de Venezuela y por su lucha a favor de una transición justa y pacífica de la dictadura hacia la democracia». Debido a motivos sobradamente conocidos, la política ni siquiera ha podido recoger el premio en Oslo. El Nobel de la Paz es el único que se concede en Noruega y no en Suecia. No solo por ello, Noruega es uno de los países que más ha hecho por la paz mundial en el último siglo.

La polarización generalizada de los tiempos convulsos que vivimos ha distorsionado, y hasta deteriorado, valores esenciales de la democracia. Incluso países plena o satisfactoriamente democráticos, como la mayor parte de los europeos, presentan corrientes ideológicas y de opinión profundamente contrarias a elementos democráticos esenciales. La ausencia de violencia estatal, la pluralidad ideológica, la alternancia en el poder o la transparencia en los procesos electorales, entre otros, son despreciados generalmente por quienes defienden el régimen chavista. Dejen de leer las redes y vayan, por un momento, a las fuentes directas, internas e internacionales, desde oenegés venezolanas hasta Naciones Unidas, para acercarse a la situación catastrófica en Venezuela, donde hacer política, como María Corina Machado, supone arriesgar la vida y la libertad.

Quienes tenemos el privilegio de vivir en paz y en democracia tenemos el deber moral de defender a quienes no tienen ni paz ni democracia y luchan por ellas con su vida y su libertad. En España, tenemos una deuda de humanidad con Venezuela, tras haber acogido a centenares de miles de emigrantes y exiliados durante décadas.

Hace un mes se proyectó en el Festival de Cine Europeo de Sevilla la película Z, de Costa-Gavras, también galardonado por la defensa de la democracia y la libertad en su cine. Esta obra maestra del director griego es un grito de lucha por la democracia. Quizá es esa también la intención detrás del Nobel a María Corina Machado, amplificar el grito por la democracia y la libertad del pueblo venezolano.

Genaro Novo

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