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Cartas al director

El contubernio de los acosadores

El ministro del Interior ha cesado al jefe de la Policía Nacional en Lleida por acoso sexual. Ha estado solo una semana en su cargo. Esta es la última noticia que acabo de leer en lo referente a esta plaga, que ya excede con creces a la de langosta.

Al PSOE le están creciendo mucho los enanos de su circo, y, claro, ya no se dejan castrar. Ahora quieren dominar más de lo que la moral exige. Y es que el acoso, en cualquiera de sus modalidades, es, como la violencia inherente, un problema moral. Necesitamos la colaboración de expertos en el tema para que se pronuncien sobre cómo surge este fatal fenómeno.

Si Ábalos y CÍA son políticos de lenocinio, los delincuentes de que tratamos ahora son gente enferma que necesita sojuzgar a la mujer para que el machismo de los patriarcas siga vigente. En este caso, se trata de los Salazar y adláteres.

De ahí, una vez más, la necesidad de la Ética en la Enseñanza Secundaria. Una completa formación en esta disciplina ayudará a evitar las conductas que ahora sancionamos.

Cada día me siento más feminista, y siento vergüenza ajena por los delitos que cometen mis congéneres, que constituyen el paradigma de abuso de poder jamás imaginado recientemente.

La moral es esa rama de la Filosofía que estudia la conducta del individuo mediante unas normas que son de obligado cumplimiento, a saber: «No perseguirás ni molestarás a la mujer»; «Tendrás que estudiar las enseñanzas que nos retrotraen a la dignitas ('estimación personal') para todos los seres humanos; y «Deberás arrepentirte de tus desmanes en presencia de tus víctimas». Es, grosso modo, el trío exhortativo que los acosadores han de respetar y cumplir.

Si este método funciona, los que desestiman a la mujer podrían rehabilitarse, y, de esta guisa, reiniciar una nueva vida en la que el respeto recíproco al sexo diferente rija de una vez y para siempre.