Cartas al director
Encuentros furtivos
Todo es puro ocultismo, la reunión de Zapatero con Julio Martínez (72 horas antes de que lo detuvieran) en el lugar más remoto de El Pardo, la misteriosa reunión de Delcy y Ábalos en Barajas a altas horas de la madrugada, las 40 misteriosas maletas que tras dicha reunión Delcy desembarcó en Barajas como valija diplomática, los 39 vuelos del Falcon a la República Dominicana que el gobierno sigue sin poder ni querer justificar.
Pero no solo ocultan con sus actos, ocultan más si cabe con sus silencios. Ni una condena al régimen de Nicolás Maduro por haber robado de una forma tan burda las elecciones a Edmundo González, ni una felicitación a Corina Machado por haber sido galardonada con el Nobel de la Paz. Hay silencios tan elocuentes, hay silencios tan cómplices.
¿Por qué a Maduro nunca se han atrevido a llamarle dictador? ¿Por qué lo temen tanto? El miedo que demuestran tener es la mayor evidencia de que ocultan tanto.
Pero volviendo a la rocambolesca cita en El Pardo:
¿Por qué Zapatero y Julio Martínez no podían haber paseado por el Retiro en vez de por el lugar más inaccesible del Pardo?
Acaso es porque son ambos aficionados a la Ornitología y las aves que querían avistar solo se encuentran en los lugares más impenetrables del Pardo.
No sé si Alejandro Entrambasaguas, el magnífico periodista que consiguió la exclusiva del encuentro furtivo es aficionado a la Ornitología, pero lo que sí sé, es que ese día avistó a dos auténticos pajarracos.