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20 de abril de 2024

El encuentro anual de jóvenes líderes cristianos espera fortalecer su compromiso cívico

El encuentro anual de jóvenes líderes cristianos espera fortalecer su compromiso cívicoCEFAS

Los jóvenes católicos alzan la voz: «La cultura `woke´ aspira a eliminar las grandes preguntas»

La primera edición del evento Jóvenes y compromiso cívico reunirá este fin de semana a más de 20 ponentes para «abordar desde el humanismo cristiano la deriva cultural y social de España»

Los jóvenes de hoy son los líderes de mañana… o de hoy mismo. Una frase manida, pero que no deja de ser verdad. Por eso, el Centro de Estudios, Formación y Análisis Social (CEFAS) del CEU ha organizado el Congreso Jóvenes y compromiso político. Este año es la primera edición y versa sobre Corrección política y cancelación de la libertad. El Congreso ha contado con una inauguración a cargo de Alfonso Bullón de Mendoza, presidente de la Asociación Católica de Propagandistas (ACdP) y de la Fundación Universitaria San Pablo CEU; Elio Gallego García, director del CEFAS; y Fernando Bonete, coordinador de estas jornadas .
Alfonso Bullón de Mendoza ha comenzado citando a Pablo de Tarso: «Cristo nos hizo libres», y ha destacado la relevancia que el catolicismo siempre ha concedido al libre albedrío. Ha recordado que el totalitarismo ha tenido enfrente a la Iglesia, la cual ha condenado con sendas encíclicas el comunismo, el fascismo y el nazismo. En su opinión, «hoy, debido a la tiranía en nombre del pueblo, la libertad está más acosada que nunca». Y ha puesto el ejemplo de la campaña de la ACdP «Rezar delante de una clínica de abortos está genial», que fue cancelada hace unos meses en once ciudades españolas. Por su parte, Elio Gallego ha comentado que «la cultura de la cancelación aspira a eliminar las grandes preguntas, no sólo las respuestas». Según Gallego, como consecuencia, «las cosas ya no valen, nada tiene significado, ni siquiera las personas». Algo sobre lo que ya reflexionó Hanna Arendt: en el totalitarismo, lo humano es prescindible.
A continuación, el disidente cubano Yunior García ha impartido una conferencia sobre Libertades en peligro: una reflexión sobre el futuro de occidente. Yunior parece casi tan joven y dinámico como los asistentes, y habla con una soltura y una alegría que nos hace pensar que todos los hispanoamericanos son brillantes émulos de Demóstenes y Cicerón. Sus rasgos evidencian que la América de habla española es una tierra de mestizaje y raíces comunes. El dramaturgo Yunior García ha narrado varios detalles de su itinerario en activismo cívico, que le ha acarreado tener que abandonar Cuba en noviembre 2021, para residir en España. Según cuenta, él empezó siendo «poéticamente incorrecto», porque en Cuba se ha asentado la idea de «somos una isla», y el régimen se ha apropiado de este concepto. Sin embargo, García dice: «Cuba no es una isla, es un archipiélago, son varias islas». De este modo, reivindica un espacio de pluralidad. Y su incorrección poética se acabó convirtiendo en incorrección política.
García asegura que en Cuba se adoctrina a los niños desde que entran en la escuela. El primer libro que abre un niño cubano comienza con una alabanza a los milicianos y a Fidel Castro. «Te dicen que Cuba es la sociedad más justa y libre posible». En este país caribeño todo se adorna con cartelones oficiales donde se lee: «aquí somos felices», incluso a la puerta de un cementerio. Sin embargo, García fue saliendo de esa atmósfera de pensamiento único, a base de varios episodios, sobre todo, la represión de 2003, cuando se ejecutó sumariamente a unos lancheros que huían, o cuando, tras unas protestas, se condenó a 75 personas con veinte años de cárcel. Así, y a través de una postura crítica con la dictadura mediante el teatro, pasó al activismo en la calle.

Nadie hizo caso a la palabra fraternidad, porque la izquierda se quedó con igualdad y la derecha con la libertadYunior García - activista por la libertad en Cuba

Por lo general, sus manifestaciones eran constantemente boicoteadas por el gobierno comunista, incluso por medio de la militarización del país con la excusa de unos ejercicios de las Fuerzas Armadas. A pesar de fracasos, palizas y detenciones, insistió hasta que, para sortear todas las amenazas, optó por anunciar que se manifestaría él solo un día concreto. Le habían prohibido la manifestación, le redactaron una sentencia de 27 años de cárcel, le colocaron dos palomas decapitadas en la puerta de su casa, le cortaron teléfono e Internet. Incluso un par de obispos lo llamaron, para advertirle del peligro: «el régimen está loco y va a provocar una masacre, poniendo además a niños en la calle con el pretexto de vacunarlos». Sin embargo, el día que él pensaba marchar en solitario por las calles, un piquete de doscientas personas a las cinco de la mañana rodeaba su casa, para impedirle moverse. Él sacó una flor y la mostró desde la ventana, pero le taparon la ventana con la bandera nacional. Algo que duró todo el día y que incluyó amenazas de muerte. En ese momento, decidió marcharse.
Yunior García, activista cubano, habló sobre los problemas de libertad que sufre su país

Yunior García, activista cubano, habló sobre los problemas de libertad que sufre su paísCEFAS

El totalitarismo pandémico

Según Yunior García, «el régimen cubano no dialoga porque no tiene la menor necesidad». «El totalitarismo y el autoritarismo son una pandemia, pero las instituciones mundiales no se ponen mascarilla, sino que se sientan y comercian con los tiranos; hace falta repensar todo esto», señala. En su opinión, cree que debe haber fuertes sanciones internacionales, pero que «deben afectar a la dictadura y no a la gente».
Por otro lado, cree que hace falta diálogo, sobre todo, dentro de la propia oposición. Dice García: «Silvio Rodríguez cree que el unicornio azul de la revolución se perdió, pero quizá con un milagro se recupere; nosotros, los opositores, creemos que nunca hubo unicornio azul». Para salvar esta distancia, se requiere hablar en persona: «Alguien es siempre cuatro veces más valiente en Twitter que en la vida real; muchos opositores sostienen un discurso muy radical e impactante, pero necesitamos plantear soluciones y alternativas», explica. La situación resulta más delicada porque «desde Batista, hace setenta años, no ha habido democracia en Cuba; no tenemos cultura democrática, y la palabra negociación o diálogo está prohibida». Lo sintetiza de este modo: «Nadie hizo caso a la palabra fraternidad, porque la izquierda se quedó con igualdad y la derecha con la libertad». Sin embargo, «fraternidad implica que hay otro, que se requiere consenso y responsabilidad para ensanchar la libertad sin afectar a los otros».
Por otra parte, García se muestra «agradecido con la labor de la Iglesia», en especial de sus obispos y de los tres últimos papas, cuyas visitas a Cuba daban cierto aire fresco al país. La Iglesia ha cumplido con «un deber cívico en favor de los que sufren». García entiende que «la Iglesia ha logrado pequeñas ventajas que no quiere perder; por tanto, vive en un equilibrio delicado entre lo que se ha alcanzado y debe proteger y el modo como seguir avanzando». García incluso se ha comunicado epistolarmente con el Papa Francisco.
Bullón de Mendoza durante la inauguración del encuentro Jóvenes y Compromiso Cívico

Bullón de Mendoza durante la inauguración del encuentro Jóvenes y Compromiso CívicoCEFAS

Una respuesta al marxismo cultural

La mesa redonda Agenda política y cancelación de las libertades cerró la primera jornada. En esta mesa redonda, han dialogado Pablo Méndez-Monasterio, abogado; Rafael Núñez Huesca, periodista y asesor político; y Yilian Ayala, periodista de la Cadena SER, moderados por Alfonso Coronel de Palma, abogado. Núñez Huesca ha aludido al cambio de paradigma que arranca desde Marcuse, y que consiste en alterar la defensa de la justicia social por la proliferación de colectivos «impregnados de marxismo cultural, corrección política y cancelación». Ayala comenta: «la SER, que es una emisora progresista, publicó un editorial contra una decisión del gobierno, pero aquello no tuvo ningún impacto en las redes sociales porque eso no es lo que querían escuchar los oyentes».
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