Por qué se cree que los mandeos descienden de san Juan Bautista
Los mandeos —también conocidos como sabeos— son una de las comunidades religiosas más antiguas del mundo mediterráneo y en algunas zonas hablan una variante del arameo, la lengua de Jesús

Los mandeos —también conocidos como sabeos— son una de las comunidades religiosas más antiguas del mundo mediterráneo. Su religión es una continuación de los credos gnósticos, presentes en todo el Mediterráneo y Oriente, como una mezcla entre las diversas religiones de la zona.

Su cosmogonía es dualista, con trazas de zoroastrismo y presencia de dioses menores, como el demiurgo Ptahil (dios creador), inferior al todopoderoso dios de la luz.

La religión también contienen ideas cristianas, como la veneración de Juan Bautista, al que los mandeos consideran su mayor maestro espiritual, aunque sostienen que su credo deriva directamente de Adán.

Su imagen de Juan Bautista no corresponde del todo al de las Escrituras y consideran a Jesucristo como un falso mesías. El libro santo de los mandeos se llama Ginza Raba. Es un compendio de historias, oraciones y tratados teológicos dividido en dos partes, una dedicada a los vivos y la otra, escrita en sentido contrario, al más allá y las regiones inferiores. Tienen varios libros de rezos escritos en lengua mandea, (variante del arameo oriental).

El rito más importante es el bautismo, que se realiza de forma pública y colectiva en determinados días del año. Hombres y mujeres se visten de blanco para la ocasión y se sumergen en el río.

En el mandeísmo no hay conversión, de ahí que casarse con alguien de otra religión es motivo de expulsión; hecho que impide recuperar la condición de mandeo.

El símbolo de los mandeos es una cruz de madera coronada por una rama de olivo y de la que cuelga un manto blanco: el ‘drabsa’, que se coloca frente a los templos y encima de una fuente de agua.

Existe un 'rishamma', como líder espiritual que es votado en asamblea por siete años, con posibilidad de ser renovado o relevado y votan tanto hombres como mujeres; la igualdad entre ambos sexos es habitual en todos los niveles de la vida comunitaria, aunque en la práctica los iniciados religiosos de altos niveles son hombres.

En caso de asesinato, el asesino y la víctima van a las ‘regiones inferiores’, reservadas a los pecadores. Por eso renuncian a cualquier acto violento, incluso en defensa propia. De hecho, al sacrificar animales, se pide perdón a Dios, a través de un rito litúrgico.

Los mandeos no comen cerdo ni sacrifican ganado vacuno, excepto si es hembra.

El Islám identifica a los mandeos con los sabeos, que son mencionados en cuatro suras del Corán como una de las «religiones del Libro» junto a cristianos, judíos y musulmanes.
