
Laura García de Viedma, a la izquierda, y dos exmonjas más salen del juzgado de Burgos
Las exmonjas de Belorado compraron oro «porque es más estable y, en tiempos de crisis, te da algún beneficio»
Su jefe de prensa lamenta que se las trate «como si fueran piratas del Caribe» por los lingotes que ahora han vendido
La exabadesa del monasterio de Belorado (Burgos), Laura García de Viedma, ha salido al paso tras la polvareda generada por las informaciones referidas a la venta de lingotes de oro por parte de las exclarisas. «Se las trata como si fueran piratas del Caribe», se apresura a puntualizar el peculiar jefe de prensa de las exreligiosas, Francisco Canals, en el último vídeo que ha subido a su canal de YouTube y donde aparece también García de Viedma.
La ex abadesa justifica la compra que hicieron de los lingotes del preciado metal como una medida de «prudencia económica» ante «la hecatombe económica» de 2020 cuando, debido al confinamiento provocado por la pandemia del Covid, «dejamos de poder trabajar y tener ingresos» . «Se nos vino todo abajo, porque nos cerraron la casa rural», reconoce en el vídeo, que tiene una música de fondo propia de una película de suspense.

El último vídeo de las monjas de Belorado donde explican la procedencia del oro
A partir de ese momento, «se restringieron las ventas de productos monásticos, se dispararon los precios del chocolate y de los frutos secos hasta un 100%», lo que «llegó al culmen con la guerra de Ucrania». Tras mantener «unas reuniones comunitarias y consultar a nuestros asesores», decidieron invertir en oro, «que es un metal precioso más estable y, en tiempos de crisis, te da algún beneficio», confiesa la exabadesa.
García de Viedma aporta más datos para respaldar la decisión que tomó la comunidad. En el vídeo se refiere a una tal Madre Nieves, abadesa de Vergara (Guipúzcoa), con cuyo convento se fusionó la comunidad de Belorado. La religiosa tenía «muchas acciones del Banco Popular» y, a juicio de García de Viedma, «había llevado una economía muy bien llevada», pese a lo cual «perdió en un instante 120.000€» cuando la entidad financiera «fue vendida por un euro».
Las acciones del BBVA que tenían las monjas de Belorado «no paraban de bajar, haciéndonos perder dinero, y no estábamos para perder dinero» y, en vista que que «los bancos sufrían tantos vaivenes», fue cuando optaron por refugiarse en el oro. Oro que, por el momento, parece ser que se encuentra retenido en un comercio de compra del metal precioso de Burgos por una investigación de la Policía.