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Juan Carlos Monedero acaba de publicar 'Neodarwinismo y evolucionismo cristiano'

Entrevista a Juan Carlos Monedero, escritor y profesor universitario

«Dicen: 'El que niegue la teoría de la evolución es un cavernícola'. Pero no está científicamente demostrada»

«El universo exhibe una estructura racional; necesariamente ha de haber sido pensado por una mente racional», sostiene este profesor de universidad argentino

Su nombre no causa indiferencia en España, sobre todo, entre ciertas estudiantes universitarias. Pero en Argentina, su país, el nombre carece de connotaciones específicas. Hablamos de Juan Carlos Monedero (Buenos Aires, 1985), que acaba de publicar Neodarwinismo y evolucionismo cristiano (Sekotia), un libro que se sumerge en un debate encendido y renovado. Monedero, que admira España, desea cruzar el Océano, no sólo para disfrutar de nuestros museos, cultura y ciudades, sino también para, si es posible, debatir con su homónimo sobre tantos asuntos que separan a dos personas que apenas coinciden en otra cosa que el nombre y primer apellido.

– ¿Qué es darwinismo y neodarwinismo?

– El darwinismo es la explicación sobre el origen de los seres vivos y su diversidad según la cual los organismos mejor adaptados al medio sobreviven y así dejan más descendencia. De acuerdo con esta explicación, las especies descienden de «ancestros comunes» y se han ido diversificando. El neodarwinismo es la reformulación del darwinismo, y sostiene que la variación de especies ocurre como consecuencia de mutaciones al azar en el ADN. Al público no le revelan estos entresijos. Simplemente le dicen: «La evolución está confirmada y el que la niegue es un cavernícola». Ya ni se toman la molestia de «demostrarla»: la aceptan como un hecho supuestamente obvio. De forma acrítica, muchos divulgadores se preguntan si un «homínido» manipulaba el fuego como lo hacemos hoy, en vez de interrogarse si existió ese individuo. El marco evolucionista se ha convertido en un punto de llegada y no en una conclusión respaldada por la convergencia de datos independientes.

La portada del libro de MonederoSekotia

– ¿Qué parte de estas teorías está contrastada y cuáles no, o se han descartado o reformulado?

– Que existen cambios dentro de la especie es algo acreditado, innegable, jamás puesto en duda. Pero estos cambios intraespecíficos no son «la Evolución». La evolución es cambio de especie: una especie deja de ser lo que es y pasa a ser otra. La microevolución está demostrada. La «Evolución», no. El origen del hombre a partir de un antecesor animal nunca ha sido demostrado, pero esta explicación subsiste porque es difícil demostrar lo contrario. Hay partes de la teoría que no pueden ser contrastadas: si no la puedes contrastar, tampoco puedes desecharla… El cambio gradual sí se ha contrastado. Como consecuencia, muchos evolucionistas (como Goldschmidt) reformularon la teoría: ya no plantean cambios lentos sino «saltos evolutivos». ¿Qué tal? Por eso, decimos: cada vez que la teoría está a punto de colisionar, es reformulada.

– ¿Qué es el Diseño Inteligente? ¿Es una teoría certera, o un voluntarismo?

– El Diseño Inteligente implica constatar que, puesto que el universo exhibe una estructura racional, necesariamente ha de haber sido pensado por una mente racional. Tú recibes una carta y sabes que alguien la tuvo que escribir. Quizás no conozcas su autor ni lo hayas visto, pero si hay un mensaje tiene que haber —del otro lado del mostrador— un mensajero. El cosmos presenta —y en un altísimo grado— una constitución racional, matemática, que nos reenvía a una mente. Esto es el Diseño Inteligente. Para los ateos, ese diseño no remite a un Diseñador. Ahora, ¿qué tiene más sentido, un diseño altísimamente sofisticado sin una Inteligencia detrás o producto de una inteligencia? Si responde la segunda opción, usted suscribe el Intelligent Design.

Contradicciones

– ¿La aparición de la vida y su evolución es un proceso lineal o con recovecos, alteraciones y extinciones masivas?

– Dado que el método científico se vale de la repetición, es extremadamente difícil conocer con seguridad ese mundo prebiótico. Lo honesto es decir que no sabemos cómo surgió la vida. Nuestras conjeturas son arbitrarias. En cambio, no hay duda de que hubo extinciones masivas. Esto es un problema para la teoría evolucionista que sostiene que la aparición y desaparición de las especies es lenta. Una extinción masiva repentina contradice la predicción gradualista de la teoría evolutiva.

– ¿Cómo aparece el ser humano? ¿Cuándo?

– Lo que dijimos sobre la vida en general vale, en menor medida, para la aparición de la vida humana. En general, el evolucionista conjetura la aparición del Sapiens en base a la recolección de huesos, y en su posterior reconstrucción la imaginación juega un papel relevante… Para el biologicista materialista, esta pregunta es un escollo. Como no creen en las esencias, es imposible responder cuándo tenemos un ser humano por primera vez en la historia. Quien sostenga que el hombre es resultado de la acumulación de millones de cambios en millones de años tiene muy complicado señalar un punto exacto.

Diferencias con el animal

– ¿Cómo diferenciamos la inteligencia humana del conocimiento animal?

– Mostremos dos entre muchas. El animal no puede advertir, detrás de un medio desagradable, un fin útil. No puedes «convencer» a tu perro que ingiera por las buenas una pastilla que sabe mal. Además, los animales no se perfeccionan: el pájaro carpintero y las abejas construyen exactamente igual que hace miles de años. El ser humano construía chozas y ahora gigantescos edificios.

– ¿De qué modo se conjuga doctrina católica y la evolución?

– Permítame cambiar la pregunta: «¿Está la evolución confirmada como explicación científica de la realidad?». La respuesta es un rotundo «no». De modo que nos hemos salteado un paso previo. Muestro esto en el libro con argumentos científicos y epistemológicos. Exhorto a no cerrar un debate todavía abierto. Por otro lado, si se van retocando las afirmaciones de la teoría a fin de escapar a la contrastación, la pretensión de conjugarla con la doctrina católica lleva a la nada: no se puede conjugar dos componentes si uno de ellos está siempre cambiando. Supo decir Collin Patterson —Investigador y Jefe del Departamento de Paleontología en el Natural History Museum de Londres e integrante de la Royal Society— que el evolucionismo es una suerte de «antiteoría»: sus afirmaciones constituyen «un vacío» que, aunque tienen la función de conocimiento, en realidad no comunican ninguno.

Los Papas y la evolución

– ¿Cómo vinculamos el tema con el pecado original?

– Así como no hay oposición entre Ciencia y Fe, tampoco entre Revelación e Historia. Si creemos en la verdad de la Biblia, entonces Dios no puede empujar al error. Por eso, que hubo un pecado original no sólo es doctrina revelada, sino también un hecho real: muchas tradiciones paganas recogen la historia de una falta originaria cometida por el hombre contra los dioses. El presupuesto básico del pecado original es el monogenismo. Pero la teoría evolucionista sostiene que la evolución ocurre por poblaciones. Para conciliar esto hay que mutilar la Biblia o la teoría evolutiva.

– ¿Qué han dicho los Papas sobre la evolución?

– Toco en profundidad este tema en el libro. Se dice de manera liviana que «los Papas» afirman «desde el año 1950» la compatibilidad entre creación y evolución. Humani Generis no dice eso. Resumamos: Pío XII afirma que el alma humana es creada por Dios y no emerge de la materia, que la Humanidad proviene de una primera pareja y deja manos libres a la investigación sobre el origen del cuerpo humano, según la ciencia de la época. Pero la ciencia ha progresado. Y la teoría evolucionista no deja de acumular objeciones. Los pontífices posteriores están analizados en el libro. Habida cuenta la falta de consenso respecto de los mecanismos evolutivos, las reformulaciones de la teoría y el peso de los argumentos contrarios, los problemas del evolucionismo no se resuelven apelando a Dios.