Pedro Sandoica y Granados y Manuel Izquierdo, dos de los nuevos mártires
El Papa León XIV aprueba la beatificación de 124 mártires asesinados por el bando republicano en la Guerra Civil
La Iglesia reconoce el martirio de 109 sacerdotes, una religiosa y 14 laicos de Jaén, entre ellos, «el Kolbe español»
El dicasterio para la Causa de los Santos de la Santa sede ha dado luz verde a la promulgación, previa autorización del Papa León XIV, del decreto que permitirá que 124 católicos de la diócesis de Jaén asesinados in odium fidei entre 1936 y 1938 sean beatificados. En el mismo anuncio se ha incluido al sacerdote Salvador Valera Parra, párroco de Huércal-Overa (Almería), que vivió en el siglo XIX, y a numerosos católicos más de diversos países.
Los 124 mártires que podrán ahora ser beatificados –109 sacerdotes, una religiosa y 14 laicos– fueron asesinados por el bando republicano en el transcurso de la Guerra Civil, y están divididos en dos grupos: el del sacerdote diocesano Manuel Izquierdo Izquierdo y 58 compañeros mártires, y el del también presbítero secular Antonio Montañés Chiquero junto a 64 compañeros que sufrieron martirio.
«Hoy es un día grande para la historia de la fe de la Iglesia de Jaén», ha afirmado monseñor Sebastián Chico Martínez, obispo de la diócesis andaluza nada más conocer la noticia. «Su sangre no fue en vano: es semilla de vida nueva, de fe renovada. Recordarlos no es mirar al pasado con tristeza, sino abrazar el futuro con valentía. Porque su testimonio martirial brilla por encima de las sombras de la historia y de la fragilidad del mundo», ha señalado.
El obispo de Jaén, monseñor Sebastián Chico
Entre los 124 mártires que serán beatificados hay testimonios desgarradores, heroicos, extraordinarios y tremendamente crueles. Por citar alguno de ellos, destaca el de «el Kolbe español», el sacerdote Francisco de Paula Padilla Gutiérrez (Marmolejo, 1892- Mancha Real, 1937), que dio su vida a cambio de la de un padre de familia. No es el único a quien la Historia le ha otorgado este sobrenombre; Fulgencio Martínez García, beatificado en 2013, también es llamado así, después de que se ofreciera, con solo 25 años de edad, a cambio de nueve feligreses suyos.
Pero volviendo a Francisco de Paula Padilla Gutiérrez –cuya causa de beatificación ha reconocido hoy la Iglesia– el sacerdote suplicó a sus verdugos que dejaran en libertad a otro compañero de prisión, padre de familia con seis hijos, y que le mataran a él, como así hicieron.
Pedro Sandoica y Granados (Linares 1876 - Mengíbar 1936) es otro de los mártires reconocidos hoy por la Santa Sede. Fue un médico que desarrolló su trabajo profesional en Villargordo entre los más pobres, además de implicarse en otras actividades para procurar la justicia social con los obreros. Comprometido con tareas apostólicas y de piedadfomentó la devoción al Santísimo Sacramento y al Sagrado Corazón de Jesús. Casado y sin descendencia, en la localidad de Villargordo se repite frecuentemente el nombre de «Pedro María», como prueba de los varios niños pobres que el matrimonio apadrinaba desde su nacimiento. Aparece en la lista de detenidos «de la ermita del Cristo de la Salud», entre el 24 y el 25 de septiembre de 1936 por orden del Frente Popular. Fue asesinado el mismo día 25.
Obdulia Puchol Merino (Martos, 1900- Monte Lope Álvarez, 1936) se quedó viuda muy joven y se dedicó a hacer obras de caridad. Hija de padres muy cristianos, la parroquia encontró en ella su mejor colaboradora. Su obra más importante consistió en la creación de una residencia para los transeúntes pobres, en la cual les facilitaba alimentos, dormitorio y servicios sanitarios. Contó con la ayuda de las Conferencias de San Vicente de Paul, precisamente fundadas en la parroquia y presididas por su padre, Antonio Puchol, que a su vez era médico forense de la localidad. El día que recibió la palma del martirio vestía el hábito de San Francisco, pues también era Terciaria Franciscana Seglar.