Un cura de Vic es acosado por explicar la moral sexual y recordar la matanza de religiosos en el 36

«Sacerdote ultra», «de extrema derecha», «viral», «fundamentalista», «propagador de odio», «ultraderechista», «machista» y «homófobo». Así definen algunos medios de comunicación separatistas (aunque también varios de información religiosa) a Gustavo Lombardo, párroco de la Virgen de la Merced de Manresa (Barcelona), por proponer la moral sexual de la Iglesia y prevenir contra el comunismo, recordando la persecución religiosa durante la Guerra Civil española: «Si pudiera, nos mataría como en el 36».

Lombardo, argentino de 45 años de edad y miembro del Instituto del Verbo Encarnado (IVE), acumula muchos seguidores en redes sociales, «una presencia digital cada vez más notoria con un discurso profundamente fundamentalista», a juicio del diario independentista El Nacional. La realidad es que el sacerdote está volcado en la evangelización en internet, donde ha impartido ejercicios espirituales en línea a miles de personas a través de uno de sus canales de YouTube (que suma 153.000 suscriptores). En 2020, por ejemplo, 3.500 participantes virtuales siguieron esta centenaria práctica espiritual de San Ignacio de Loyola durante cuatro días completos.

Algunos medios de comunicación se hacían eco la pasada semana de que «el obispado de Vic ha llamado al orden a Gustavo Lombardo, el mosén ultra y viral de Manresa». El primero en abrir fuego fue Regió7, que ponía el grito en el cielo al asegurar que el párroco de Manresa «relacionó los correfocs (un espectáculo popular donde personas disfrazadas de diablos corren, bailan y saltan) con el diablo».

Una tibia respuesta

Según el citado digital, el vicario general de la diócesis de Vic (Barcelona), Josep Maria Riba, salió al paso con unas respuestas ambiguas: «Las acciones personales de lo que uno piensa no pueden pasar por encima de las acciones diocesanas» y «el obispado ha realizado las acciones oportunas cuando pasan cosas de estas. Se ha hablado con el interesado y con su responsable religioso», que algunos interpretaron inmediatamente como «una llamada al orden» o una «reprimenda».

A partir de ahí se desató la campaña contra Lombardo, sacando de contexto numerosas intervenciones públicas suyas para tratar de justificar su «fundamentalismo». En realidad, el sacerdote argentino se ha limitado a explicar el Magisterio de la Iglesia sin rehuir temas espinosos, especialmente los relacionados con la moral sexual, lo que ha valido que le cuelguen el consabido sambenito de «estar contra las mujeres, el feminismo y el colectivo LGTB».

Según estos medios, el párroco ha asegurado que «la agenda LGTB está en contra de Dios, porque está totalmente en contra de lo que Dios ha creado, que es la naturaleza humana, y estando en contra de la naturaleza humana se abren las puertas a todo lo que es diabólico», o que «el aborto, la ideología de género y el lobby LGTB son demoníacos».

En una de sus meditaciones en YouTube comentó el relato del Génesis en el que Dios, al ver que «no era bueno que el hombre estuviera solo», creó a la mujer como «una ayuda adecuada». Como explica Infovaticana, Lombardo subrayó que esta expresión no significa subordinación ni inferioridad, sino complementariedad esencial: el hombre y la mujer tienen roles distintos, pero llamados a colaborar en el plan de Dios. «El varón a la mujer le da una casa, la mujer le devuelve un hogar», resumió Lombardo.

Pertenece al IVE

En ese mismo sentido, citó al papa San Juan Pablo II en Laborem exercens (n. 19), donde advierte que la promoción de la mujer no puede suponer la renuncia a su carácter específico ni perjudicar a la familia. Estos matices no han sido tenidos en cuenta a la hora de juzgar al sacerdote, del que recuerdan su vinculación al IVE, «congregación fundada por el sacerdote argentino Carlos Miguel Buela, condenado por abusar sexualmente de seminaristas».

El propio alcalde de Manresa, Marc Aloy, ha declarado que solicitará una entrevista con el obispo de Vic, monseñor Romà Casanova, para comunicarle que «las posiciones del mosén del Instituto del Verbo Encarnado están totalmente fuera de lugar».