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26 de abril de 2024

Tumba del Beato Pino Puglisi, en la catedral de Palermo

Tumba del Beato Pino Puglisi, en la catedral de Palermo

Beato Pino Puglisi, el sacerdote mártir que se enfrentó a la mafia italiana con su sonrisa

Es bueno recordar la labor del sacerdote italiano en una sociedad en la que se estrenan series que ensalzan a narcotraficantes y mafiosos

El infierno es la ausencia absoluta de bien, de esperanza, de amor. Brancaccio, barrio de Palermo bajo el yugo de la mafia en los años noventa, podía parecer el infierno, pero no lo era. Por sus calles caminaba un hombre bajito, con grandes orejas, grandes zapatos y una sonrisa que superaba en dimensiones a todo lo anterior. Era el sacerdote Pino Puglisi y es el protagonista del libro Lo que el infierno no es.

Mafiosos sin escrúpulos, madres obligadas a prostituirse y jóvenes que quieren ganar el mundo perdiendo su alma

Alessandro D’Avenia, que fue alumno de Pino Puglisi, novela el último verano del sacerdote, ese que terminó el 15 de septiembre de 1993 cuando unos pistoleros acabaron con su vida, que no con su memoria. Un texto que se encuadra en la oscuridad de la delincuencia y que, sin embargo, está lleno de luz.
La obra, aunque tiene un fuerte cariz autobiográfico, es coral. La historia de Puglisi se cruza con la de Federico, un adolescente enamorado de la literatura que consigue salir de su barrio acomodado para ayudar al sacerdote en Brancaccio. Junto a ellos, Lo que el infierno no es nos muestra una fotografía del barrio palermitano formada por los rostros de sus gentes. Mafiosos altivos y sin escrúpulos, trabajadores atemorizados, madres obligadas a prostituirse y jóvenes que quieren ganar el mundo perdiendo su alma. Pero, sobre todo, vemos a los niños, esos a quienes Pino Puglisi intentaba apartar de la oscuridad mostrándoles la alegría de la Luz.
D’Avenia se ha convertido en un escritor de éxito entre los jóvenes y esta novela es perfecta para ellos. En las obras de Pino Puglisi, beato de la Iglesia, se actualiza el mensaje del Evangelio. La entrega al prójimo, el amor al enemigo, el sacrificio último por los amigos. Pero no solo por la vertiente cristiana es recomendable este libro, el propio Federico se presenta como no creyente.

El sacerdote amaba a su ciudad y a su prójimo hasta el final

Lo que el infierno no es se adentra en asuntos muy dolorosos, pero todos ellos acaban vistos desde el plano de la ternura y la misericordia. Asesinatos, violaciones, heridas profundas que hacen creer en el Mal. Todas ellas, pasando por la figura de Puglisi y su fe, acaban dejando una puerta abierta al Amor. Reflexiones interesantes y asumibles por un joven lector sobre cuestiones como el valor de la oración, la necesidad de perdonar o la fuerza de la esperanza.
Una novela pensada para los jóvenes tiene que incluir, cómo no, cuestiones románticas. Lo que el infierno no es las tiene, vistas también desde una perspectiva mucho más profunda de lo que estamos acostumbrados. Una historia de amor que nos permite disfrutar de preciosas referencias a clásicos de la literatura y, especialmente, a Petrarca.
Más puntos a favor de Lo que el infierno no es: los mafiosos son malos. Asesinan, roban, atemorizan, violan… Es bueno recordarlo, ya lo hizo el papa Francisco en el 25º aniversario de la muerte de Pino Puglisi, en una sociedad en la que cada dos por tres se estrena una nueva serie cantándonos las hazañas de narcotraficantes de aquí y de allá.
La novela de Alessandro D’Avenia es una gran oportunidad para conocer la labor de Pino Puglisi y su lucha contra la mafia. O, mejor dicho, de su batalla por hacer real ese verso de Lope de Vega que dice que estar enamorado es «creer que un cielo en un infierno cabe». El sacerdote amaba a su ciudad y a su prójimo. Hasta el final.
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