Cientos de personas han participado este domingo en la celebración religiosa con la que la comunidad Jesuita a puesto fin a más de cuatro siglos en Logroño, de donde salen los cuatro religiosos que pertenecían a la parroquia de San Ignacio.
Tras la decisión de los Jesuitas de dejar esta parroquia, dentro de su proceso de reorganización, será ahora la diócesis de Calahorra y La Calzada-Logroño la que nombre al nuevo párroco para este histórico templo, ubicado en pleno centro de Logroño.
El colegio sí continuará bajo la titularidad de los Jesuitas, a través de una Fundación que se va a constituir para agrupar a los colegios de esta orden en diferentes provincias.
Así lo ha detallado José Manuel Peco, que era el vice–superior de la comunidad, que ha recalcado que con la continuidad del colegio «la Compañía de Jesús no se va del todo de Logroño» en donde está «desde hace 463 años, cuando Francisco de Borja autorizó el primer colegio de la orden en la ciudad».
«Hoy es un día triste, porque cada vez que uno se va de un sitio es dejar muchas cosas, a personas que conoce, pero la vida es así», ha lamentado Peco, que ha insistido en que «de la Compañía de Jesús se quedan el colegio y la Fundación Entreculturas».
Ha admitido que «ha costado tomar esta decisión, pero los motivos son los que son», la falta de vocaciones y la necesidad de reorganización es lo que les ha llevado «con dolor y pena» a dejar una parroquia en la que estaban desde 1988.
Ahora, él irá a una parroquia del barrio de La Ventilla en Madrid, mientras que otros dos religiosos saldrán hacia la localidad castellana de Villagarcía de Campos y un cuarto irá a Burgos.
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