Santa Teresa de Calcuta, con la princesa Diana de Gales, durante su primer encuentro en el año 1992
25 aniversario de la muerte de Lady Di
La conmovedora amistad entre Lady Di y la Madre Teresa de Calcuta
La santa albanesa y Diana de Gales estaban estrechamente unidas desde su primer encuentro en el convento romano Via Casilina, en febrero de 1992
la mañana del 31 de agosto de 1997 París amaneció gris. Eran las 4:41 de la madrugada en Londres y un teletipo irrumpió en las redacciones de todo el mundo: «Diana, la princesa de Gales, ha muerto, según ha sabido esta mañana Press Association». Inmediatamente, la noticia dio la vuelta al planeta.
Cinco días después, otra información conmovía al mundo entero. El sábado 6 de septiembre de 1997, la prensa abría en portada con la muerte de la Madre Teresa de Calcuta.
Lady Di fue enterrada con un rosario que le había regalado la Madre Teresa de Calcuta
Durante esos cinco días de diferencia que separan la muerte de Lady Di y de la Madre Teresa de Calcuta, la religiosa quiso preparar una misa en honor a su amiga Diana. Paró su agenda para poder viajar a Londres y asistir al funeral, pero su salud se lo impidió. Sin embargo, la «Princesa del pueblo» quiso tener presente a la santa en el momento de su muerte. A pesar de que Diana se había declarado públicamente protestante, fue enterrada con el rosario católico que previamente le había regalado la Madre Teresa en uno de sus encuentros.
La madrugada del 31 de agosto de 1997 cuando a Paul Burrel, mayordomo de la princesa de Gales, le anunciaron la trágica muerte de Lady Di, se le pidió que recogiese los objetos más queridos por la princesa y que estos fuesen trasladados al Hospital Pitié-Salpêtrière de París. Destrozado, acudió a los apartamentos de Diana.
Ayudar a los más necesitados es una parte esencial de mi vida, una especie de destino
Tomó una foto de William y Harry, hijos de la princesa. Colocado sobre una pequeña estatua de la Virgen María se encontraba un rosario que le había regalado la Madre Teresa. El mayordomo lo guardó en su bolsillo y fue Colin Tebbutt, chófer de la princesa, quien entregó el rosario a la enfermera. Esta lo colocó entre las manos de Diana. Tanto el rosario de la Madre Teresa como la foto de sus hijos la acompañan en su ataúd.
Primer encuentro
«Ayudar a los más necesitados es una parte esencial de mi vida, una especie de destino» dejó dicho Diana de Gales. Era justo este factor lo que la unía estrechamente a la Madre Teresa de Calcuta. Su primer encuentro tuvo lugar en febrero del año 1992, en el convento romano Via Casilina. Esta visita fue cubierta por medios de todo el mundo, haciéndose eco de la reunión de dos de las personas más influyentes del siglo XX. La cita duró apenas 30 minutos pero brilló por la emoción de la situación.
La princesa Diana salió de aquel convento habiendo «cumplido un sueño», sin embargo, la Madre Teresa tuvo otra visión del encuentro. En aquel momento Lady Di ya era consciente de la infidelidad continuada que el príncipe Carlos frecuentaba con Camila de Cornualles. Además de su matrimonio frustrado, cargaba con todo el peso de la Corona Real Británica. A la salida de aquel encuentro la Madre Teresa incidió en que no se encontró con Lady Diana, «sino con la infeliz Diana».
Diana, Princesa de Gales en su visita al hospicio de la Madre Teresa en Calcuta, el 15 de Febrero de 1992.
Segundo encuentro
Dos meses antes de la muerte de ambas, Diana y la Madre Teresa tuvieron otro encuentro en el barrio del Bronx, en Nueva York, donde se encontraban de misiones. La reunión de aquel junio de 1997 se hizo de manera privada. Aún así los paparazzis consiguieron tomar fotografías que dieron la vuelta al mundo.
Santa Teresa de Calcuta y Diana de Gales en Nueva York (1997).
En esta época Diana ya había finalizado formalmente su matrimonio con el príncipe Carlos. Asistió a la reunión vestida completamente de blanco, haciendo alusión al vestuario que portan las Misioneras de la Caridad. Las dos mujeres más influyentes del mundo estuvieron unidas por ayudar a los más pobres entre los pobres, librarse de prejuicios y servir a los demás, sin importar la condición del otro. Sus muertes, tan cercanas en el tiempo, unieron también al final de la vida a dos grandes figuras del siglo XX. Ambos funerales movilizaron masas, quedando así certificado el carisma que desprendían la santa y la princesa.
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