San Isidro
Un estudio revela una de las controversias históricas más debatidas sobre san Isidro Labrador
La investigación fue encargada por la Delegación de las Causas de los santos de la archidiócesis de Madrid y ha aclarado la posible edad del santo a su muerte y, por tanto, la fecha de la misma
e l pasado 15 de mayo los madrileños pudieron asomarse al ataúd de san Isidro Labrador para orar ante el cuerpo incorrupto que tantos misterios parece esconder. Hasta ahora se desconocían muchos aspectos de su muerte, como la edad a la que falleció o si padecía alguna enfermedad, pero un estudio encargado por la Delegación de las Causas de los Santos de la archidiócesis de Madrid llevado a cabo con la Escuela de Medicina Legal y Forense de la Universidad Complutense de Madrid, ha presentado los primeros resultados de la investigación antropológico-forense sobre el cuerpo del famoso santo madrileño.
Aunque de momento se trata de conclusiones provisionales, Ana Patricia Moya Rueda, la doctora que ha encabezado el análisis de san Isidro, ha destacado que todo apunta a un «enterramiento cristiano» por la posición y la moneda. «En la zona en la que está enterrado y en el tiempo en el que se supone podrían concordar que se trata de san Isidro. Es el cuerpo de un varón, tiene escasos signos degenerativos, solamente se han encontrado enfermedades de dientes y hueso maxilares», ha destacado la médico forense.
Lo que sí ha advertido es que todavía hay que esperar para terminar la interpretación de más análisis que se han hecho, «la reconstrucción facial que está en marcha, con la imagen en tres dimensiones con los tejidos». Sin embargo, lo que se ha podido constatar mediante una prueba realizada con scanner fueron escasos signos degenerativos en el esqueleto y que faltaban algunas vértebras. «La estimación de la edad, dado que en la cuarta costilla no se observa calcificación, nos dice que es una persona bastante joven, barajando un intervalo entre 21 y 46 años. No llega a los cincuenta años», ha explicado Moya.
Sobre el tipo de enterramiento, los investigadores han podido concluir que se realizó siguiendo el rito cristiano, en una época en el que los árabes convivían con los cristianos en la capital. «Las manos estaban sobre el abdomen, con una moneda en la boca», afirman los investigadores.
Las conclusiones preliminares de este estudio han sido expuestas en el curso de verano de La Granda, dirigido por el obispo auxiliar de Madrid, Juan Antonio Martínez Camino, que es también responsable de la Delegación de las Causas para los Santos. En este mismo evento, Joaquín Martín Abad, sacerdote, canónigo y exvicario para la Vida Consagrada de la archidiócesis de Madrid, ha afirmado que «hay consenso generalizado de que el año del nacimiento de san Isidro fue cerca del 1082. Pero hay disenso, incluso hasta ahora mismo, sobre el año de su muerte».
En la bula papal de su canonización, firmada por el Papa Benedicto XIII, se afirma que la defunción del santo labrador tuvo lugar en 1130, pero autores anteriores a la publicación de la bula, en 1724, habían fijado esta fecha en el 1172. El estudio de Moya parece dar la razón a Benedicto XIII y su bula al confirmar que la fecha de la muerte de san Isidro sería en torno al año 1130, cuando tenía 46 o 48 años.
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