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04 de mayo de 2024

Eligio Gómez Isidro Almazán y Francisco de Asís Sánchez

Eligio Gómez, Isidro Almazán y Francisco de Asís SánchezACdP

Dos carniceros y un corresponsal de El Debate, entre los 140 mártires camino de Roma

El cardenal Osoro clausura este viernes la fase diocesana de la causa de beatificación que agrupa a casi un centenar y medio de mártires españoles

El 17 de agosto de 1936, unos milicianos de la checa de la Paloma se presentaron en la carnicería de Marcelino Panizo, en la calle Calatrava. Buscaban a su hijo, también carnicero, y presidente de la Acción Católica de la parroquia de la Paloma. Cuando salió el joven, los visitantes les fusilaron a los dos: el padre tenía un disparo en el corazón y en la sien, su hijo, en el vientre y en la boca.
Poco después, en noviembre, otros milicianos del Frente Popular detenían al ministro de Trabajo, Justicia y Sanidad, el propagandista Federico Salmón, primer rector del CEU. Lo llevaron a la localidad de Paracuellos y allí le asesinaron. Antonio Bermúdez Cañete no llegó a hacer el viaje: al que había sido corresponsal de El Debate en Alemania –fue expulsado por sus críticas al gobierno nazi– lo detuvieron en verano de 1936. Cuando lo iban a subir al coche para ejecutarlo, al intentar liberarse de sus carceleros, fue acribillado en plena calle.
Estos son solo cuatro de los 140 mártires asesinados en Madrid durante la persecución religiosa de los años 30 que integran la causa de beatificación que impulsa el arzobispado. Este viernes, 16 de diciembre, el cardenal Carlos Osoro presidirá la sesión de clausura de la fase diocesana de estas causas, en un acto que tendrá lugar en la Catedral de la Almudena, a las 18 horas, y que será retransmitido por El Debate.

Miles de documentos

La ceremonia cierra la primera etapa del proceso, que ha durado exactamente dos años: en diciembre de 2020, el cardenal Osoro inauguraba el proceso recordando que para los 140 mártires «el Señor fue el verdadero Rey». En este tiempo, se han recopilado miles de documentos y más de 150 testimonios, según recoge Religión Digital. El siguiente paso es mandarlo todo al Vaticano, para la conocida como fase romana, que puede extenderse unos seis o siete años, como mínimo.
Durante el proceso, los 140 mártires estaban divididos –por cuestiones procesales– en tres causas: Timoteo Rojo y 60 compañeros sacerdotes diocesanos; Rufino Blanco y 70 compañeros laicos, e Isidro Almazán y siete compañeros laicos de la Asociación Católica de Propagandistas (ACdP). Del total, 26 pertenecían a la ACdP; muchos de los cuales estaban ligados al CEU o a la redacción de El Debate.
Federico Salmón, Antonio Bermúdez Cañete y Marcelino Panizo (hijo)

Federico Salmón, Antonio Bermúdez Cañete y Marcelino Panizo (hijo)ACdP

Entre ellos están, por ejemplo, Elio Gómez Ríos, linotipista del periódico; Francisco de Asís Sánchez, diputado de la CEDA, cofundador del diario extremeño Hoy y asesinado tras una salvaje tortura, o el citado Almazán, que fue maestro, pedagogo y colaborador del periódico, y a quien fusilaron en el cementerio de Aravaca. También Marcelino Oreja Elósegui, empresario y político, que fue asesinado en 1934 en Mondragón.

«Más allá de la memoria histórica»

«Esto va más allá de la memoria histórica», señala el postulador del proceso y Secretario Nacional de Causas de Canonización de la ACdP, Pablo Sánchez Garrido. «Se trata de dar culto a una serie de mártires que han dado testimonio de Cristo, y el valor que tiene es, ante todo, espiritual; muestra el camino de la fe en momentos difíciles», añade.
Para Sánchez Garrido, los 140 mártires que integran las tres causas aportan «un testimonio moral y un canon de comportamiento» en un mundo en el que «se dan circunstancias complejas para anunciar la fe, que implican un cierto martirio, el martirio de la coherencia, que decía San Juan Pablo II».
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