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27 de abril de 2024

El coro del Colegio Tajamar ha cantado villancicos con Los Secretos o con

El coro del Colegio Tajamar ha cantado villancicos con Los Secretos o con Amanda Digón

Entrevista Coro Tajamar

Directores del Coro Tajamar: «Desde sus voces, los niños nos hacen reflexionar con lecciones de vida»

El coro de un colegio de Vallecas genera millones de visitas en YouTube con sus villancicos. Algunos de ellos participan en musicales como El Rey León en la Gran Vía de Madrid

Se llaman Raúl Larrocha y Álvaro Torres. Son profesores en Tajamar, un colegio de Vallecas (Madrid), se encargan del coro y componen villancicos. Han colaborado con ellos desde Los Secretos hasta Amanda Digón. Hace pocos días, su coro cantó en la sede de la Comunidad de Madrid, en la Puerta del Sol. La presidenta Díaz Ayuso tarareó sus versos y se declaró «fan de sus villancicos». Estas Navidades, el villancico reproduce la mirada de María, embarazada del Niño Dios.
–¿Están muy extendidos los coros en los colegios? ¿Cómo funciona esta cultura?
–Yo soy antiguo alumno de Tajamar [dice Raúl Larrocha], y ya entonces estaba en el coro del colegio. Siempre ha habido cultura de coro en Tajamar. En otros colegios también hay coros, y participan en concursos que organizan la Comunidad de Madrid y varias instituciones, como el Ayuntamiento de Madrid. Sobre todo, en Navidad. Creo que va en ascenso esta cultura del canto y de la educación musical. En Tajamar, cada año organizamos un festival con toda la Primaria y luego un concurso de belenes. El año pasado se ofreció un concierto benéfico, organizado por la Fundación Tajamar, que ayuda a muchísimas familias necesitadas del barrio. Se recaudaron 24.000 euros para becas [apostilla Álvaro Torres].
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–En Tajamar nacen varias actividades solidarias, ¿no?
–Sí, desde Tajamar llevamos varios años organizando actividades benéficas. Para Amigos de Monkole ofrecimos un concierto, junto con la Coral Iter del Colegio Los Olmos. Quedó estupendo; se llenó el salón de actos y se recaudó bastante dinero. Aparte de Monkole [añade Álvaro Torres], se montan cenas solidarias, campañas de «ningún niño sin Reyes»; hay mucho movimiento solidario, que nace desde el colegio, de gente con iniciativa. Al fin y al cabo, somos un colegio que no nos interesamos sólo por lo académico. Nos interesa formar personas, y, obviamente, formar personas que estén abiertas a pensar en los demás. En fechas como Navidades, se puede trabajar la solidaridad, y son muchas familias las que participan. Los niños observan la realidad, porque muchas veces ellos van a atender esas cenas, a dar de comer a esa gente necesitada, o a repartir regalos.
–A veces ustedes cuentan con artistas famosos, como este año, o como aquella ocasión con Álvaro Urquijo y Los Secretos. ¿Cómo se consigue?
–El primer artista que vino a colaborar fue un cantautor bilbaíno, Tontxu; fue en el tercer villancico que compusimos, y ahora vamos por el decimocuarto [responde Álvaro Torres]. En ese caso, contactamos a través de un padre, y logramos que viniera al colegio. Salió muy contento, y nos sorprendió cómo se relacionaba con los niños explicándoles que emplearan la música para hacer felices a los demás. Fue un momento muy emotivo.
Con Los Secretos contactamos a través de su página web, pinchando donde pone 'contacto'. Así de sencillo. Les mandamos el villancico Es de María, que ya estaba acabado; y a la productora de Los Secretos lo que le atrajo fue la calidad del villancico. Nos respondieron muy rápido y les invitamos a venir al colegio, y no lo dudaron. Estuvieron aquí Álvaro Urquijo y Jesús Redondo, que es el pianista. Comieron con nosotros, pasaron un rato con los chavales, les enseñamos el colegio y les contamos la historia de Tajamar. Salieron encantados y muy removidos. Tal es así, que a la semana estábamos cantando con ellos en un concierto. Después, a los dos años, nos llamaron, porque cumplían cuarenta años, y nos invitaron a hacer una versión de Pero a tu lado con tono navideño. Está disponible en YouTube. Fue todo un regalo.
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Y este año ha sido Amanda Digón. Tenemos un contacto en el musical Malinche, de Nacho Cano, en el cual ella es la protagonista. Cuando nos pusimos con el villancico, Raúl se encargó de la composición de la música y yo de la letra, y, al empezar a escuchar, vimos que nos hacía falta que eso lo cantara una chica. Porque el villancico es la Virgen hablando con el Niño en su vientre. Hacía falta una voz femenina. Se lo propusimos a Amanda y le enviamos una maqueta. Se emocionó muchísimo, y nos dijo que le encantaría interpretarlo con niños. Y que un villancico enfocado desde la perspectiva de la Virgen, tan maternal, la había sorprendido mucho y la había enamorado. Nunca había pensado que la Virgen, como cualquier madre, se acercara tanto al Niño [comenta Raúl Larrocha]. Eso la conmovió.
–¿Cómo es dirigir un coro de chicos? ¿Cuántos chicos hay en el coro?
–Va variando cada año [responde Raúl Larrocha]. Este año tenemos 47 niños entre cuarto de Primaria y sexto. En una audición, reunimos a todos los chavales de cuarto, porque alguno puede tener dudas, o no sabe si canta bien o canta mal, o no se atreve. Tras la audición, se le anima a ser parte del coro, porque reúne cualidades. Así, hemos logrado que muchos chavales conozcan que tienen ese talento, que tienen oído y que no sólo pueden divertirse, sino desarrollarse musicalmente y quizá hallar un futuro en ese camino. De hecho, hay niños de este coro que participan en musicales en la Gran Vía [añade Álvaro Torres], como uno en El Rey León o tres chavales en Los Chicos del Coro.
– ¿Qué tienen los coros de niños? Siempre han estado presentes en la historia de la Iglesia; ya lo señalan Prudencio o Egeria, y hoy continúan en las escolanías de abadías y otras formaciones.
–Creo que la voz de niño es tan cálida, que llega muy adentro [responde Álvaro Torres]. Y eso en Navidad impacta de modo especial. Por otro lado, está la inocencia de los niños, su candidez. Desde sus voces de niños, nos dicen cosas a los adultos que son como collejas, y eso nos hace reflexionar. Siempre son lecciones de vida que tocan más el corazón. Aparte, cuando escuchamos a un niño, hay más verdad.
–Cuando ustedes regresan al colegio, tras el día de Reyes, encienden el ordenador y consultan en Youtube el número de visitas del villancico, ¿qué número suelen encontrarse?
–Depende del año [responde Álvaro Torres]. Digamos que unas 200.000 como pocas. Hay años que algo menos, unas 150.000. Y el año del villancico con Los Secretos no sé si llegamos a un millón de visitas. Hoy, todos los villancicos suman alrededor de diez millones de visitas. Los vídeos con Los Secretos acumulan tres y cuatro millones. Un villancico que hicimos con una canción de La Oreja de Van Gogh generó 1.300.000 visitas. Pero lo que importa es que el vídeo llegue; no por las visualizaciones, sino que lo que buscamos es que la gente viva la Navidad entendiendo en qué consiste de verdad la Navidad.
–A raíz de algún villancico ¿se remueve algún corazón de manera profunda?
–La frase que nosotros oímos bastante es: «para mucha gente, la Navidad empieza cuando sale el villancico de Tajamar». Historias personales… Hay varias, sí, muy conmovedoras. Por otro lado, muchas madres se remueven con la letra de los villancicos, y la llevan a su vida personal.
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–¿La Navidad es sólo cosa de niños? ¿Es un parque temporal temático sólo para ellos, y los adultos son meros espectadores, como en un zoológico?
–Lógicamente no. Nosotros, cuando componemos los villancicos, nos metemos en el Evangelio. Hay villancicos planteados desde la mirada de los pastores, otros desde la figura de San José, este año la Virgen María. Como los adultos vamos corriendo y vamos preocupados por dos mil tonterías que no nos dejan ver más allá de nuestras narices, nos bloqueamos y somos incapaces de vivir cualquier cosa como hay que vivirla. Por ejemplo, la Navidad. Y en Navidad hay que pararse, hay que contemplar, contemplar el Misterio, guardar silencio. Todos los años, has de darte cuenta de que tienes delante un bebé, carne, con la madre, carne. La Virgen es una niña de quince o dieciséis años que se queda embarazada, que tiene que explicarle a San José lo que ha pasado; San José, que se lo crea… Las situaciones que debieron vivir no eran nada fáciles, y hoy, para vivir la Navidad, hemos de meternos en la piel de ellos. Esto requiere de una sensibilidad, para darse cuenta de que Jesús era verdadero Dios y verdadero hombre. Es algo que intentamos transmitir por medio de los villancicos. Y este año llega de manera especial a las mamás, porque es la Virgen la que está hablando como cualquier madre podría hablar a su hijo. Se trata de volver a ser niño, para recuperar esa sensibilidad.
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