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26 de abril de 2024

Iglesia de san José en Pekín

Iglesia de san José en Pekín

Dos nuevas monjas reavivan la Congregación de san José en Pekín

Desde 1872, las hermanas han continuado su intensa labor apostólica y misionera, viviendo la vida comunitaria, a pesar de las guerras y tribulaciones

San José, patrono de la Misión en China y también de la Congregación de San José de la Archidiócesis de Pekín, ha permitido en su fiesta el pasado 20 de marzo, que dos hermanas de la Congregación emitieran sus votos perpetuos, según informa Agencia Fides.

Votos perpetuos

Tras 10 años de vida religiosa, experiencias pastorales en parroquias y formación en China y Corea del Sur, las dos hermanas pertenecientes a la primera congregación religiosa femenina autóctona de China emitieron sus votos perpetuos en presencia del arzobispo de Pekín, Joseph Li Shan. Junto con el arzobispo, concelebraron una treintena de sacerdotes. Esta ha sido también la primera liturgia de profesión de votos después de tres años de cierre debido a la pandemia.
Con la profesión de las dos hermanas, hoy la comunidad está formada por 50 religiosas que desarrollan su misión principalmente en la diócesis, en parroquias, escuelas, hospitales y en una residencia de ancianos. Las hermanas también se dedican a ayudar a los jóvenes católicos en su discernimiento espiritual. A diferencia del pasado, hoy el origen de las religiosas ya no se limita a la diócesis de Pekín. Es el caso de la hermana Zhong Haihong, una de las dos que han emitido votos perpetuos. Es originaria de Jiangxi y, tras sus estudios universitarios, trabajó en el sector público entre 2003 y 2010.

En 1941 la Congregación reformó su estructura, cambió sus estatutos y su hábito religioso, y añadió el voto de pobreza

150 años

En 2022, la Congregación ha celebrado 150 años de grandes logros en el trabajo pastoral y la evangelización. Las hermanas recorrieron la historia de la Congregación, han profundizado y revivido el carisma del fundador, Louis-Gabriel Delaplace, CM, obispo de Pekín. Desde 1872, las hermanas han continuado su intensa labor apostólica y misionera, viviendo la vida comunitaria, a pesar de las guerras y tribulaciones, los cambios sociales, la pandemia y sus consecuencias de todo ello también en la vida de la Iglesia.
Según fuentes históricas, Delaplace, durante un tiempo de meditación y oración, se inspiró en San José para fundar una congregación religiosa china dedicada al servicio y la misión eclesial y social. La propuesta se debatió también en el Concilio Vaticano I de 1870. Tras dos años de preparación, con la ayuda de las Hermanas Canosianas, en 1872 se fundó en Pekín la Congregación de San José, cuyas hermanas procedían exclusivamente de la capital y sus alrededores.
En 1941 la Congregación reformó su estructura, cambió sus estatutos y su hábito religioso, y añadió el voto de pobreza. Antes, las religiosas sólo profesaban los votos de obediencia y castidad. La fecha de las nuevas profesiones religiosas sigue vinculada a la solemnidad de San José.
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