En la tarde de este miércoles, 2 de agosto, el Papa Francisco, recién llegado a Lisboa, ha acudido a su primer encuentro en el contexto de la Jornada Mundial de la Juventud. A las 17:30 (hora portuguesa), llegaba al jardín de la Plaza del Imperio, a los pies del Monasterio de los Jerónimos, para celebrar las vísperas junto a obispos, sacerdotes, diáconos, consagrados y consagradas, seminaristas y agentes pastorales en el interior del templo situado en Belem.
En la calle aguardaban su venida jóvenes de todo el mundo, agolpados contra las vallas para tener la oportunidad de saludarle. Quedaban escasos minutos para las cinco y media cuando al otro lado de la plaza, en la esquina con avenida de la India, los gritos y los aplausos se han intensificado. Con cuatro motos y ocho coches policiales delante y rodeándolo, no en un papamóvil, sino a bordo de un Toyota de color blanco con una bandera del Vaticano viajaba Francisco en el asiento del copiloto. Desde ahí, ha saludado a los peregrinos hasta que el coche ha entrado en el monasterio.
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