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Parque en Seul

Coreanos pasean en un parque de Seúl

Corea del Sur, la Iglesia joven que espera a la próxima JMJ 2027

La Iglesia coreana es predominantemente «femenina»: más del 57 % de los fieles son mujeres, y al catolicismo se le llama «religión de madres», porque delante de bastantes iglesias hay una estatua de María con los brazos extendidos

Una Iglesia joven, próspera y en expansión. Es la de Corea del Sur, que acogerá la próxima Jornada Mundial de la Juventud en 2027. Será la capital, Seúl, la «nueva» Lisboa. El Papa Francisco eligió el Sudeste Asiático, que ya conoce, tras una detenida reflexión: viajó a Corea del Sur del 13 al 18 de agosto de 2015, participando en la 'VI Jornada de la Juventud Asiática', acogida en la diócesis de Daejeon. Antes que Bergoglio, Juan Pablo II visitó Corea del Sur en dos ocasiones, en 1984 y 1989.

El Papa confía en que la elección de la JMJ en Seúl haga crecer y madurar aún más a la Iglesia coreana en estos cuatro años que la separan del gran acontecimiento. Anteriormente, en Asia sólo se había celebrado una vez la Jornada Mundial de la Juventud: fue el año 1995, y en Manila, Filipinas, estuvieron presentes cinco millones de jóvenes. Desde entonces, el proceso de expansión de la Iglesia filipina no se ha detenido. Y en la misma dirección, está el boom de la evangelización en Corea.

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Actualmente, hay casi seis millones de cristianos católicos, repartidos en 16 diócesis, que representan el 11,3 % de la población (un total de 52,5 millones). La comunidad católica de Corea del Sur es una realidad bien organizada, y también desempeña un papel importante en la nación a nivel social, cultural y político.

Iglesia récord

En el pasado, se la ha llamado «la Iglesia de los récords» por dos razones. La primera es que se trata de una Iglesia muy joven, fundada por laicos en el siglo XVIII (eran un grupo de hombres de letras y «filósofos» que aprendieron el catolicismo al entrar en contacto con sacerdotes chinos). La segunda es que ha tenido un rapidísimo aumento de fieles, que han pasado del 1,1 % de la población en 1947, con sólo 81 sacerdotes y 46 parroquias, a las cifras actuales, con más de 5.700 sacerdotes, 1.600 consagrados y unas 10.000 consagradas, y 1.000 misioneros en unos 80 países de todo el mundo.

Las cifras son oficiales y proceden del anuario Estadísticas de la Iglesia católica coreana 2022, publicado por la Conferencia Episcopal del país asiático.

La Iglesia coreana es predominantemente «femenina»: más del 57 % de los fieles son mujeres, y al catolicismo se le llama «religión de madres», porque delante de bastantes iglesias hay una estatua de María con los brazos extendidos, invitando a los transeúntes a entrar.

Catedral de Kyesan

Catedral de Kyesan

Las conversiones se producen sobre todo en las ciudades y entre la élite del país: profesionales, estudiantes, artistas, políticos e incluso militares de alto rango. Por eso también es una Iglesia económicamente sólida. Esto se ha conseguido sobre todo gracias a una figura histórica: el cardenal Kim Sou-hwang (1922 -2009), arzobispo de Seúl de 1968 a 1998, defensor de un fuerte compromiso de la Iglesia católica en el ámbito social. Durante la larga dictadura militar, hizo de la catedral Myong-dong de Seúl un refugio para los opositores no violentos a la dictadura. Los militares nunca se atrevieron a entrar en la catedral, que sabían defendida por el pueblo.

Unir las dos Coreas

Durante muchos años, el Cardenal Kim fue la personalidad más influyente de Corea. Y una importante contribución, durante los años más difíciles, los de la guerra civil entre Corea del Norte y Corea del Sur (1950-1953), fue también la de los misioneros católicos, que se distinguieron por alimentar a la gente más necesitada.

Dos razones histórico-culturales favorecieron entonces la expansión del catolicismo en Corea: el catolicismo difunde una idea de igualdad entre todos los seres humanos. Por ejemplo, en la religión confuciana –otra fe muy extendida en Corea– las mujeres no tienen la misma dignidad ni los mismos derechos que los hombres.

Y de nuevo: los católicos, junto con los protestantes, destacaron por su activa participación en el movimiento popular contra la larga dictadura militar, mientras que el confucianismo y el budismo promovían la obediencia a la autoridad existente.

En definitiva, existe un terreno fértil y amplio sobre el que extender el alcance de la Iglesia, y la intuición del Papa y sus colaboradores de presionar sobre Corea del Sur (en lugar de un país africano) tiene como objetivo crear un «caso» de evangelización que pueda contaminar a los países vecinos, todos ellos con pequeñas minorías católicas. Y entonces Francisco tiene un sueño en el cajón: acercar a las dos Coreas y ha puesto a trabajar a la diplomacia pontificia, desde hace algunos años, para intentar esta hazaña que hoy parece titánica.

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