Fundado en 1910

03 de mayo de 2024

La Virgen de Torreciudad (Huesca) data de hace mil años. La antigua ermita se halla entre riscos de complejo acceso en medio de las elevaciones que preceden a los Pirineos. Sin embargo, su historia cambió en 1904, cuando San Josemaría Escrivá tenía dos años y sus padres peregrinaron desde Barbastro, a unos veinte kilómetros, para agradecer la curación de su hijo, que había estado gravemente enfermo. En 1975, el mismo año de su fallecimiento, el fundador del Opus Dei ve cómo concluyen los trabajos del nuevo santuario de grandes dimensiones, pensado para acoger a miles de peregrinos. La inauguración del recinto sucedió un par de semanas tras su muerte. Este santuario está planteado como un compendio de devoción intensa y de espacios amplios, por encima de un pantano y con vistas a los montes. Cuenta con capillas que recrean Loreto o El Pilar y con recorridos al aire libre para rezar cada etapa del rosario, del Vía Crucis o de los Dolores y Gozos de San José.

Santuario de TorreciudadLigia Elena Espurz

¿Qué pasa con Torreciudad? El Opus Dei rompe su silencio tras nueve meses de desencuentros con Barbastro

El deseo de la prelatura, según ellos mismos indican, es actualizar la situación canónica, que el obispo pueda aprobar unos nuevos estatutos para el santuario y establecer un acuerdo entre ambos en el que se incluiría el nombramiento de un rector por parte del obispo

Después de meses de silencio, el Opus Dei ha decidido finalmente exponer su punto de vista sobre la situación del santuario de Torreciudad. Desde julio de 2023, se han sucedido los desencuentros entre la Prelatura y la diócesis de Barbastro, encabezada por Ángel Pérez Pueyo, quien ese mismo mes nombró un nuevo rector para el enclave, decisión que históricamente había tomado la Obra. La negociación entre ambas partes había transcurrido en silencio hasta entonces, pero esta noticia fue acogida con sorpresa en la prelatura.
El elegido por Pérez Pueyo fue José Mairal, el párroco de Bolturina (un despoblado) y Ubiergo (una pequeña localidad de 26 habitantes censados). El objetivo, según hicieron público entonces a través de un comunicado, fue «regularizar su situación canónica (la del santuario) con la diócesis». Mientras que desde Barbastro defendieron el nombramiento y que este no suponía ninguna injerencia en la autoridad de la Obra en el lugar, también entonces el Opus Dei dio a conocer mediante un comunicado (el primero y el último que han publicado sobre este tema, hasta ahora) que no era a Pérez Pueyo como obispo de Barbastro a quien correspondía esta elección.
Desde entonces, la prelatura ha mantenido silencio sobre el asunto para con los medios, ya que si prioridad era alcanzar un acuerdo con el obispado sobre la situación de Torreciudad. Hasta ahora, que la Obra ha querido dar a conocer que, entre otras cosas, ha interpuesto un recurso sobre el nombramiento ante la Santa Sede. «Es la única vía canónica que queda ante la negativa del obispo de retirar el nombramiento», explican fuentes de la prelatura.
El deseo de la prelatura, según ellos mismos indican, es actualizar la situación canónica, que el obispo pueda aprobar unos nuevos estatutos para el santuario y establecer un acuerdo entre ambos en el que se incluiría el nombramiento del rector por parte del obispo. En este sentido, indican también que Barbastro ya tiene a su disposición una propuesta completa de la prelatura para erigir Torreciudad como santuario diocesano y una propuesta de nuevos estatutos para el santuario, que está siendo evaluada por el obispado.
Hay diálogo entre ambas instituciones. Y lo ha habido también en el pasado, aunque ha habido también momentos de tensión. Uno de ellos tuvo lugar en la celebración de la Inmaculada Concepción, cuando Pérez Pueyo dejó entrever en su homilía, ante el anterior rector de Torreciudad (el nombrado por la Obra antes de Mairal), Ángel Lasheras, que el Vaticano había confirmado la erección del lugar como santuario diocesano. Tan solo un mes después, Pérez Pueyo promovió un acto de conciliación en un juzgado de Barbastro, al que el Opus Dei optó por no personarse.
Este acto de conciliación, suponía para la prelatura la derogación del censo enfitéutico –el contrato que cede de perpetuidad el dominio de los terrenos–. «Se reclamaba derogar el censo enfitéutico y declarar como nula la situación jurídica de Torreciudad desde su origen», afirmaban fuentes internas de la Obra a este diario entonces. La negociación, que ya estaba en marcha por la vía eclesiástica, ha seguido este cauce, ya que de momento no ha habido una demanda civil.
No obstante, las conversaciones se han tornado difíciles, sobre todo en lo que se refiere al tema jurídico y económico. La diócesis sostiene la nulidad del primer censo por el que la ermita y los terrenos donde después se construyó el santuario pasaron a ser regentados por el Opus Dei, que considera que el censo es totalmente conforme a derecho, aunque, según han indicado, estaría conforme a su extinción y sustitución de mutuo acuerdo por un nuevo contrato de cesión, en términos razonables
El segundo punto de fricción entre Barbastro y la Obra es el dinero. El obispo planteó actualizar el canon económico que la prelatura abona a la diócesis a una cifra que desde el Opus Dei consideran «desproporcionada». A ello hay que sumar que la situación financiera del santuario es deficitaria. La visita y el acceso son gratuitos para los peregrinos desde su inauguración, por lo que Torreciudad sobrevive con las limosnas y donativos que sus visitantes dejan tras su paso por el santuario.
La intención de ambos es llegar a un acuerdo que permita la continuidad de la labor evangelizadora del santuario. Desde que saltaron a los medios la desavenencias entre ambos, se han convocado más de quince reuniones para llevar la negociación a buen puerto, aunque todavía no lo hayan conseguido.
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