
Donald Trump visitando el muro fronterizo con México
El Papa envía un contundente mensaje sobre migración y critica la vinculación entre ilegalidad y criminalidad
En una carta dirigida a los obispos de Estados Unidos, Francisco aborda en diez puntos la actual crisis migratoria centrando su atención en las recientes medidas de deportación masiva que están teniendo lugar en el país
El Papa Francisco ha enviado una carta a los obispos de Estados Unidos en la que aborda la actual crisis migratoria, centrando su atención en las recientes medidas de deportación masiva que están teniendo lugar en el país. En diez puntos y con un tono directo, el Pontífice subraya la importancia de abordar el fenómeno migratorio desde una perspectiva que respete la dignidad humana, argumentando que las políticas que criminalizan a los migrantes «lastiman la dignidad de muchos hombres y mujeres, de familias enteras».
El Santo Padre arranca su carta con una referencia al Éxodo, situando el fenómeno migratorio en un contexto histórico y bíblico. Al hacerlo, no solo establece un paralelismo con el sufrimiento de los pueblos en busca de libertad, sino que invita a un ejercicio de empatía.
Según Francisco, la migración es un «momento decisivo» de la Historia, que exige reafirmar valores fundamentales como la dignidad humana, la compasión y la fraternidad. Y, en este contexto, el Papa no se limita a una lectura teórica o espiritual; resalta la responsabilidad de la Iglesia y la sociedad frente a esta realidad.
Uno de los puntos más destacables de su mensaje es la crítica a la identificación entre el estatus migratorio ilegal y la criminalidad. El Papa se muestra claramente en desacuerdo con las políticas que asocian implícitamente estos dos términos, ya que carecen de la perspectiva necesaria para entender las causas que llevan a millones de personas a abandonar sus hogares.
Aunque al mismo tiempo asegura que «se debe reconocer el derecho de una nación a defenderse y mantener a sus comunidades a salvo de aquellos que han cometido crímenes violentos o graves, ya sea mientras están en el país o antes de llegar», el Papa menciona que deportar a los migrantes que han huido de situaciones extremas como «la pobreza, la inseguridad o la persecución» los coloca «en un estado de especial vulnerabilidad e indefensión». Es por eso el Santo Padre ve necesaria una regulación para una migración ordenada y legal pero que no se construya «a través del privilegio de unos y el sacrificio de otro».
La necesidad de una «maduración» de las políticas migratorias
El Papa también aborda el concepto de «estado de derecho» y cómo este debe garantizar el trato digno a todas las personas, especialmente a los más vulnerables. En este sentido, Francisco subraya que las políticas públicas deben ser evaluadas no solo por su legalidad, sino por su humanidad. Un auténtico bien común, según él, no puede construirse sobre la exclusión o la marginación de los más débiles, sino que se promueve «cuando la sociedad y el gobierno, con creatividad y respeto estricto al derecho de todos, acogen, protegen, promueven e integran a los más frágiles, desprotegidos y vulnerables».
A lo largo de su mensaje, Francisco resalta la necesidad de una «maduración» de las políticas migratorias, que no se base en la fuerza ni en el privilegio de unos pocos, sino en el reconocimiento de la igualdad de la dignidad humana. Es por eso que el Papa acentúa la importancia de una ética que no reduzca la migración a una cuestión administrativa, sino que vea en ella un reto de justicia social. «Lo que se construye a base de fuerza, y no a partir de la verdad sobre la igual dignidad de todo ser humano, mal comienza y mal terminará», advierte el Pontífice.