Retrato de la Divina Misericordia de Jesús según la visión de santa Faustina Kowalska
Las 14 impactantes promesas de Jesús a santa Faustina Kowalska para quienes confían en Su Divina Misericordia
A través de esta santa polaca, cuya fiesta se celebra hoy, la Iglesia recibió una oración y unas promesas que ofrecen un refugio para el alma, «de tal abundancia de gracias que no puede contenerlas dentro de sí, sino que las irradia a otras almas»
En 1935, una monja polaca escuchó de labios de Cristo una revelación que marcaría la espiritualidad de millones de fieles en el mundo. Se llamaba Faustina Kowalska y, a través de ella, Jesús dejó a la Iglesia una oración y unas promesas que harían brotar en el corazón del hombre un consuelo singular: el de conocer un refugio donde el alma pudiera descansar y donde, al acercarse, se llene «de tal abundancia de gracias que no puede contenerlas dentro de sí, sino que las irradia a otras almas» (Diario, 1074).
Aquella fórmula de súplica, conocida como la Coronilla de la Divina Misericordia, no nació del ingenio humano, sino —según el testimonio recogido en su Diario— de un mandato directo de Cristo. A sor Faustina le confió: «Tu misión es la de escribir todo lo que te hago conocer sobre mi misericordia para el provecho de aquellos que, leyendo estos escritos, encontrarán en sus almas consuelo y adquirirán valor para acercarse a mí».
Sor María Faustina manifestó su misión en el Diario que escribió por mandato del Señor Jesús y de los confesores.
La sencillez de su rezo contrasta con la magnitud de sus promesas. Jesús instruyó a sor Faustina que debía rezarse con un rosario común: comenzar con un Padrenuestro, un Ave María y el Credo; después, en las cuentas del Padrenuestro pronunciar: «Padre Eterno, Te ofrezco el Cuerpo y la Sangre, el Alma y la Divinidad de Tu Amadísimo Hijo, nuestro Señor Jesucristo, como propiciación de nuestros pecados y los del mundo entero».
En las cuentas del Ave María: «Por su dolorosa Pasión, ten misericordia de nosotros y del mundo entero». Y concluir tres veces: «Santo Dios, Santo Fuerte, Santo Inmortal, ten piedad de nosotros y del mundo entero».
La devoción, aprobada y difundida por la Iglesia, se suele cerrar con otra oración nacida del corazón místico de sor Faustina: «Oh Sangre y Agua que brotaste del Corazón de Jesús, como una fuente de misericordia para nosotros, en ti confío».
14 revelaciones
Pero lo que verdaderamente impacta es la serie de promesas y revelaciones que, según escribió la religiosa, Jesús le confió sobre Su Divina Misericordia, incluyendo la importancia de meditar Su Pasión a las tres en punto. Estas manifestaciones, recogidas en el Diario de santa Faustina, abarcan desde garantías de misericordia en la hora de la muerte hasta gracias que superan cualquier expectativa humana.
1) «Prometo que el alma que venere esta imagen (de la Divina Misericordia) no perecerá. También prometo la victoria sobre (sus) enemigos que ya están aquí en la tierra, especialmente en la hora de la muerte. Yo mismo los defenderé como Mi propia gloria». (Diario, 48)
2) «Los dos rayos denotan Sangre y Agua… Estos dos rayos brotaron de lo más profundo de Mi tierna misericordia cuando Mi Corazón agonizante fue abierto por una lanza en la Cruz. Estos rayos protegen las almas de la ira de Mi Padre… Deseo que el primer domingo después de Pascua sea la Fiesta de la Misericordia… quien se acerque a la Fuente de la Vida en este día recibirá la remisión completa de los pecados y el castigo. La humanidad no tendrá paz hasta que se vuelva confiada a Mi misericordia». (Diario, 299-300)
3) «Deseo que la Fiesta de la Misericordi se celebre solemnemente el primer domingo después de Pascua. El alma que se confiese y reciba la Sagrada Comunión (en estado de gracia en este día) obtendrá el perdón total de los pecados y el castigo». (Diario, 699)
4) «Quien la recite recibirá gran misericordia en la hora de la muerte». (Diario, 687)
5) «Los sacerdotes lo recomendarán a los pecadores como su última esperanza de salvación. Incluso si hubiera un pecador más endurecido, si recitara esta coronilla una sola vez, recibiría la gracia de Mi infinita misericordia… Deseo conceder gracias inimaginables a aquellas almas que confían en Mi misericordia». (Diario, 687)
6) «Las almas que recen esta coronilla serán abrazadas por Mi misericordia durante su vida y especialmente en la hora de su muerte». (Diario, 754)
7) «Almas que difundan el honor de Mi misericordia en la hora de la muerte no seré para ellas un Juez, sino el Salvador Misericordioso». (Diario, 1075)
8) «La oración que más Me agrada es la oración por la conversión de los pecadores. Sepa, hija mía, que esta oración siempre es escuchada y contestada». (Diario, 1397)
9) «Mi misericordia es mayor que tus pecados y los del mundo entero». (Diario, 1485)
10) «A los sacerdotes que proclamen y ensalcen Mi misericordia, les daré un poder maravilloso; ungiré sus palabras y tocaré el corazón de aquellos a quienes hablen».(Diario, 1521)
11) «A través de esta coronilla lo obtendrás todo, si lo que pides es compatible con Mi voluntad». (Diario, 1731)
12) «Cuando los pecadores empedernidos la digan, llenaré de paz sus almas y la hora de su muerte será feliz». (Diario, 1541)
13) «Cuando digan esta coronilla en presencia de los moribundos, yo me interpondré entre Mi Padre y el moribundo, no como un Juez justo, sino como un Salvador misericordioso». (Diario, 1541)
14) «A las tres, implora Mi misericordia, especialmente para los pecadores; y, aunque sea por un breve momento, sumérgete en Mi Pasión, particularmente en Mi abandono en el momento de la agonía… No negaré nada al alma que Me pida en virtud de Mi Pasión». (Diario, 1320)
Faustina, obediente al mandato del Señor y de sus confesores, volcó todo en su Diario. Allí se autodefine, por indicación de Cristo, como «secretaria de mi más profundo misterio». Falleció en Cracovia el 5 de octubre de 1938, con apenas 33 años, consumida por la enfermedad y la entrega mística. El proceso de beatificación se abrió en Roma en 1968 y culminó con su proclamación como beata por un compatriota suyo, san Juan Pablo II, el 18 de abril de 1993, quien también la canonizó en el año 2000.