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07 de mayo de 2024

Pope Francis (C) holds a prayer for peace at Our Lady of Arabia Cathedral in Awali, south of the Bahraini capital Manama, on November 4, 2022. (Photo by Marco BERTORELLO / AFP)

El Papa Francisco junto a las distintas denominaciones cristianas en la catedral Nuestra Señora de Arabia.AFP

El Papa Francisco anima a compartir templos con cristianos no católicos

«Lo que nos une supera con creces lo que nos separa», asegura el Papa Francisco en el encuentro ecuménico celebrado en la catedral Nuestra Señora de Arabia

El Papa Francisco ha culminado su segunda jornada en Baréin con un encuentro ecuménico en la Catedral de Nuestra Señora de Arabia, con cristianos de distintas denominaciones. En el curso de este encuentro ha animado a continuar con «la hermosa costumbre de poner los edificios de culto a disposición de otras comunidades para adorar al único Señor».
Un llamamiento en un país donde los cristianos son minoría, «un pequeño rebaño de Cristo, disperso en diversos lugares y denominaciones», lo que «nos ayuda a percibir la necesidad de la unidad, de compartir la fe». En ese contexto, el obispo de Roma ha asegurado que el Espíritu Santo, «que une todos los miembros, es más grande que nuestras divisiones carnales. Por eso es correcto decir que lo que nos une supera con creces lo que nos separa y que cuanto más caminemos según el Espíritu, más nos inclinaremos a desear y restablecer la unidad».
La fórmula para hacer crecer la unidad entre los cristianos es, según el Papa Francisco, la alabanza a Dios. «La oración de alabanza no aísla, no encierra en uno mismo y en las propias necesidades, sino que nos introduce en el corazón del Padre y, de esta manera, nos conecta con todos nuestros hermanos y hermanas».

Francisco ha animado a ir al centro de los problemas, sin presumir de tener la solución y de resolver de modo sencillo problemas complejos

En una catedral en la que había líderes ortodoxos, anglicanos y protestantes, el Papa Francisco interpeló a los presentes a avanzar en el encuentro ecuménico, a interesarse por los que «no son de los míos». Un camino en el que es preciso recortar las distancias y la formalidad, tratando de comprender la historia de cada uno y apreciar las particularidades, «sin considerarlas obstáculos insalvables».
This handout photo released by the Vatican Media shows Pope Francis alongside the Grand Imam of al-Azhar mosque Sheikh Ahmed Al-Tayeb meeting with members of the Muslim Council of Elders, in the courtyard of the Mosque of the Sakhir Royal Palace in Bahrain's Sakhir city on November 4, 2022. (Photo by VATICAN MEDIA / AFP) / RESTRICTED TO EDITORIAL USE - MANDATORY CREDIT "AFP PHOTO / VATICAN MEDIA" - NO MARKETING NO ADVERTISING CAMPAIGNS - DISTRIBUTED AS A SERVICE TO CLIENTS

Palacio real de BaréinAFP

También ha llamado a demostrar el afán por la unidad con el propio testimonio personal. Por eso ha instado a preguntarse si «¿Somos realmente personas de paz?», así como a plantearse si deseamos manifestar la mansedumbre de Jesús, sin esperar nada a cambio. Un espíritu que no se puede transmitir «si no estamos unidos entre nosotros como Él quiere y no podemos estar unidos permaneciendo cada uno por su lado, sin abrirnos al testimonio».

«El conflicto lleva a la destrucción»

Antes de ese encuentro ecuménico, el Papa Francisco ha intervenido en el Foro de Diálogo para la Coexistencia entre Oriente y Occidente, en el Palacio Real. En este encuentro ha animado a ir al centro de los problemas, «sin presumir de tener la solución y de resolver de modo sencillo problemas complejos, sino con la disposición de asumir la crisis, sin ceder a la lógica del conflicto».

Las personas religiosas rechazan la violencia y el odio, «a blasfemia de la guerraPapa Francisco

Y es que «la lógica del conflicto siempre lleva a la destrucción». Por el contrario, «la crisis nos ayuda a pensar y madurar». Un enfoque que requiere «interrogarse, entrar en crisis y saber dialogar con paciencia, respeto y espíritu de escucha».
El Papa ha recordado que las personas religiosas rechazan la violencia y el odio, «la blasfemia de la guerra». A su juicio, no basta con decir que una religión es pacífica, sino que «es necesario condenar y aislar a los violentos que abusan de su nombre». Un comportamiento activo que supone condenar todo tipo de terrorismo, también el ideológico. El hombre religioso, asegura el Papa, «no apoya alianzas contra alguien, sino caminos de encuentro con todos».
Ha terminado su discurso en el Palacio Real animando a promover iniciativas concretas para que el camino de las grandes religiones sea cada vez más efectivo y constante, que sea conciencia de paz para el mundo. Y ha reclamado, una vez más, «que se ponga fin a la guerra de Ucrania y se entablen serias negociaciones de paz».
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