La Iglesia ha querido advertir de los riesgos de que la polarización proceda de obispos y clero en las redes
El Vaticano alerta sobre los curas y obispos que meten cizaña y «fomentan la división» en internet
El dicasterio para la Comunicación publica un documento para «fomentar una cultura de amor al prójimo también en la esfera digital»
El dicasterio para la Comunicación del Vaticano ha publicado el documento Hacia una plena presencia. Reflexión pastoral sobre la interacción en las Redes Sociales en el que advierte de los riesgos «especialmente preocupantes» de que la división y la polarización «proceda de los líderes de la Iglesia: obispos, pastores y destacados líderes laicos».
«Éstos no sólo causan división en la comunidad, sino que también autorizan y legitiman a otros a promover un tipo de comunicación similar», señala el documento vaticano, que recuerda que la responsabilidad frente a los demás «aumenta con el incremento del número de seguidores».
«Cuanto mayor sea el número de seguidores, mayor debe ser nuestra conciencia de que no estamos actuando en nuestro propio nombre. La responsabilidad de servir a la propia comunidad, especialmente en el caso de quienes desempeñan papeles de liderazgo público, no puede ser secundaria respecto a la promoción de las propias opiniones personales desde los púlpitos públicos de los medios digitales», señala el Dicasterio para la Comunicación, aludiendo a líderes cristianos que deciden en las redes sociales compartir juicios a través de una «comunicación polémica y superficial y, por tanto, divisiva».
Debemos estar atentos a no publicar y compartir contenidos que puedan exacerbar la división, incitar al conflicto y ahondar los prejuicios
El estilo cristiano
Frente a este comportamiento, el documento recuerda que «el estilo cristiano debe ser reflexivo, no reactivo» e insiste en que «todos debemos tener cuidado para no caer en las trampas digitales que se esconden en contenidos diseñados expresamente para sembrar el conflicto entre los usuarios provocando indignación o reacciones emocionales».
El Dicasterio anima a estar atentos para «no publicar y compartir contenidos que puedan causar malentendidos, exacerbar la división, incitar al conflicto y ahondar los prejuicios». El texto, además, advierte en que «todos podemos caer en la tentación de buscar la 'paja en el ojo' de nuestros hermanos y hermanas lanzando acusaciones públicas en las redes sociales, fomentando divisiones en la comunidad eclesial o discutiendo sobre quién es el más grande entre nosotros».
A lo largo de las 'autopistas digitales', muchas personas resultan heridas por el odio y la división
Responsabilidad
«Cuando grupos que se presentan a sí mismos como católicos usan su presencia en las redes sociales para fomentar la división, no se están comportando como debería hacerlo una comunidad cristiana», apunta el documento, que aboga por «convertir las actitudes hostiles en oportunidades de conversión, en ocasiones para testimoniar el encuentro, el diálogo y la reconciliación en torno a cuestiones aparentemente divisivas».
Humanizar las redes
«Todos deberíamos tomarnos en serio nuestra influencia. No solo existen macroinfluentes con una gran audiencia, sino también microinfluentes. Cada cristiano es un microinfluente», advierte el Dicasterio, que insiste en que «todo cristiano debería ser consciente de su influencia potencial, independientemente del número de seguidores que tenga. Al mismo tiempo, debe ser consciente de que el valor del mensaje transmitido por el influente cristiano no depende de las cualidades del mensajero».
«A lo largo de las 'autopistas digitales', muchas personas resultan heridas por el odio y la división. No podemos ignorarlo. No podemos ser tan solo pasantes silenciosos. Para humanizar los ambientes digitales, no debemos olvidar a quienes se quedan atrás», recuerda el Dicasterio de la Comunicación frente a la creciente polarización de la multitud de perfiles con temática religiosa, abiertamente contrarios al magisterio de la Iglesia.
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