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29 de abril de 2024

Giorgio Parisi, premio Nobel de Física 2021 este jueves en el Vaticano

Giorgio Parisi, premio Nobel de Física 2021 este jueves en el VaticanoEFE

El Premio Nobel de Física respalda la llamada urgente del Papa en 'Laudate Deum': «El mundo se desmorona»

El italiano Giorgio Parisi, galardonado con el Premio Nobel de Física en 2021, expresó su apoyo a la nueva Exhortación Apostólica del Papa Francisco, titulada Laudate Deum

Durante una presentación en el Vaticano el 5 de octubre, el italiano Giorgio Parisi, premio Nobel de Física en 2021, ha destacado la urgencia de abordar la crisis climática y enfatizó la importancia de este llamado a la acción en un momento en el que, según él, los gobiernos parecen «desatender la amenaza del cambio climático».
En este evento, Parisi respaldó las palabras del Papa Francisco, quien, en su exhortación, señala que la inacción de la clase política ha intensificado la urgencia de abordar la crisis climática. El físico concordó con el Papa, quien advierte que "el mundo que nos acoge se va desmoronando y quizás acercándose a un punto de quiebre”.
El Papa Francisco cargó en su nuevo documento contra los negacionistas: «Por más que se pretendan negar, esconder, disimular o relativizar, los signos del cambio climático están ahí, cada vez más patentes».
«Nadie puede ignorar que en los últimos años hemos sido testigos de fenómenos extremos, períodos frecuentes de calor inusual, sequía y otros quejidos de la Tierra, que son solo algunas expresiones palpables de una enfermedad silenciosa que nos afecta a todos».
Algunos de los participantes en la conferencia sobre la Laudate Deum

Algunos de los participantes en la conferencia sobre la Laudate DeumEFE

La ciencia como fundamento

Parisi subrayó la relevancia de la Exhortación al basarse en «hechos científicos sólidos». Destacó que, aunque pueda «parecer inusual comenzar un documento papal con una base científica, este enfoque proporciona una claridad necesaria para llegar a una audiencia más amplia. Algo que los científicos no logran».
Parisi elogió la Exhortación «por su lenguaje claro y accesible», señalando que el Papa Francisco «aborda la situación actual con datos científicos y síntesis que revelan la magnitud de la crisis climática».
En la Exhortación Apostólica, publicada por el Vaticano en la festividad de san Francisco de Asís el 4 de octubre, el Papa amplía y complementa la encíclica de 2015, Laudato si.
Giorgio Parisi, durante su intervención en el Vaticano

Giorgio Parisi, durante su intervención en el VaticanoEFE

Desafíos climáticos y las reflexiones del Papa

El físico premiado destacó el llamado del Papa «a la acción frente a fenómenos climáticos extremos, desafiando la noción de que los periodos de frío contradicen el calentamiento global». Parisi abordó la importancia de poner fin a las «bromas irresponsables» que «minimizan la gravedad del problema y ridiculizan las preocupaciones ambientales por intereses económicos».
La presentación de Parisi enfatizó la necesidad de un «esfuerzo monstruoso» para abordar con «éxito el cambio climático». Subrayó que «este es un problema humano y social que requiere la participación de todos». Además, destacó «la responsabilidad de los países desarrollados de hacer mayores esfuerzos, haciendo referencia a las emisiones per cápita y abogando por un cambio en el estilo de vida occidental».
El Papa Francisco rezando bajo un árbol

El Papa Francisco rezando bajo un árbol

Solidaridad global y prevención de conflictos

Parisi profundizó en el aspecto del multipolarismo, señalando la importancia de acuerdos internacionales estables y efectivos. Así como pide el Papa Francisco en Laudate Deum, abogó «por una nueva forma de diplomacia que involucre a más personas y subrayó la necesidad de una transferencia masiva de recursos de los países avanzados a los menos desarrollados, especialmente en África».
Finalmente, el físico Nobel destacó una frase aparentemente incidental del Papa sobre el desmoronamiento del mundo en su creciente preocupación por «nuestra casa común». Parisi interpretó esto como una advertencia de que el mundo posiblemente se acerca a un «punto de quiebre», identificando «la guerra y el conflicto internacional como los problemas subyacentes que deben evitarse para lograr una humanidad solidaria».
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