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05 de mayo de 2024

Monseñor Gabriele Caccia

Monseñor Gabriele Caccia

La Santa Sede pide más contundencia para impedir los crímenes contra la humanidad

El arzobispo Caccia recordó las palabras del Papa Francisco, afirmando que «la dignidad de los demás debe ser respetada en todas las circunstancias»

El observador permanente de la Santa Sede ante las Naciones Unidas, el arzobispo Gabriele Caccia, pidió medidas más eficaces para combatir los crímenes contra la humanidad, subrayando la importancia de la dignidad humana y los esfuerzos de prevención.
Dirigiéndose a la Sexta Comisión, el representante del Vaticano reiteró la necesidad urgente de tomar medidas enérgicas contra los crímenes de lesa humanidad, según informa la Agencia Aica.
Monseñor Caccia subrayó que «la Comisión de Derecho Internacional (CDI) ha dicho con razón que la prohibición de estos crímenes es efectivamente una norma imperativa de derecho internacional».

Los intereses soberanos nunca pueden justificar crímenes contra la humanidadGabriele Caccia

Prevenir y sancionar

Destacó además la necesidad de un «instrumento universal, multilateral y jurídicamente vinculante, que codifique el derecho consuetudinario existente en esta área», que, según él, promovería la cooperación internacional en la prevención y el castigo de estos «actos atroces».
El arzobispo Caccia recordó las palabras del Papa Francisco, afirmando que «la dignidad de los demás debe ser respetada en todas las circunstancias».
Destacó el papel esencial de la dignidad humana, fundamento de todos los derechos humanos, al abordar los crímenes de lesa humanidad.

Fortalecimiento de la eficacia

Volviendo luego al proyecto de instrumento, Caccia propuso enmiendas para fortalecer su eficacia.
«Si bien el doble objetivo del nuevo instrumento es prevenir y castigar los crímenes contra la humanidad, el proyecto no contiene una referencia explícita al objetivo anterior», observó, antes de sugerir incorporar una referencia a la dignidad humana en el noveno párrafo del preámbulo. Dijo que esa adición proporcionaría un marco interpretativo más sólido para el proyecto de artículos.
Además, abogó por el reconocimiento explícito del imperativo de la prevención en el preámbulo. «Dado que la prohibición de los crímenes contra la humanidad es una norma imperativa, la definición de estos actos también debe estar profundamente arraigada en el derecho internacional consuetudinario. Por lo tanto, al definir estos crímenes contra la humanidad, el texto no debe apartarse de las normas consuetudinarias existentes», subrayó el arzobispo Caccia.
Al finalizar su declaración, el Observador Permanente subrayó que los intereses soberanos «nunca pueden justificar crímenes contra la humanidad».
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