Ni Francisco ni Juan Pablo II: el Papa con el pontificado más largo

El pasado lunes, 21 de abril, el Papa Francisco, el pontífice número 266 de la Iglesia Católica, fallecía a la edad de 88 años en su residencia de Casa Santa Marta tan solo unas horas después de aparecer por última vez en la Plaza de San Pedro el Domingo de Resurrección.

El pontificado de Francisco se extendió a lo largo de 4.422 días (12,12 años). Comenzó el 13 de marzo de 2013 con la histórica elección del primer Papa procedente de América Latina y de la Compañía de Jesús y terminó recientemente, cuando dio su último aliento no sin antes agradecer que lo llevaran a ver a los fieles antes de morir.

A lo largo de más de doce años, Jorge Mario Bergoglio —nombre de nacimiento del Papa argentino— ha llegado a ser una figura de relevancia mundial, destacando por su estilo pastoral accesible, su constante apoyo a los más desfavorecidos, su impulso hacia una Iglesia más participativa y su firme implicación en cuestiones actuales como el cuidado del medio ambiente, la migración y la lucha contra los abusos en el seno eclesial.

Francisco llegó al trono de Pedro a la edad de 76 años, convirtiéndose en uno de los papas más mayores en asumir el cargo. Pero no es el que más tiempo, tampoco el que menos, ha estado al frente de la Iglesia.

El Papa con el pontificado más largo

San Juan Pablo II, antecesor de Francisco, se convirtió en Papa a la edad de 58 años y falleció a los 84 años, por lo que fue Cabeza de la Iglesia más de 26 años. Sin embargo, y al contrario de lo que muchos creen, no ha sido el Papa con el pontificado más largo. Entre los más longevos destaca, en primer lugar, San Pedro, considerado el primer Papa, quien guio a la Iglesia durante 35 años. Le sigue Pío IX, con 31,65 años.

Entre los pontífices que se distinguieron por la duración de su pontificado destacan León XIII y Pío VI, quienes también estuvieron al frente de la Sede Apostólica durante más de 24 años. En contraste, algunos papas apenas tuvieron ocasión de ejercer su ministerio, como Urbano VII, cuyo pontificado se limitó a solo 12 días, o Bonifacio VI y Celestino IV, que fallecieron pocas semanas después de ser elegidos.