Miguel Ángel Sánchez, 'Míchel', durante un partido del Girona FC

Miguel Ángel Sánchez, 'Míchel', durante un partido del Girona FCAFP7 vía Europa Press

Qué es la trombosis venosa profunda, dolencia por la que fue ingresado Míchel Sánchez, entrenador del Girona

La incidencia de un primer caso de esta afección de miembros inferiores se sitúa entre los 50 y 100 casos por 100.000 habitantes al año

El técnico madrileño del Girona, Michel Sánchez, ha anunciado hoy que tuvo que ser ingresado el pasado viernes debido a que le detectaron una trombosis venosa profunda (TVP) en la pierna izquierda. Se trata de una dolencia que consiste en la formación de coágulos de sangre (trombos) en las venas profundas de la extremidad inferior (vena femoral, vena poplítea o vena iliaca), aunque con menos frecuencia también puede afectar las venas del cuello (yugular), de la extremidad superior (vena axilar, subclavia o basílica) o del abdomen o la pelvis.

La incidencia de un primer caso de trombosis venosa profunda de miembros inferiores se sitúa entre los 50 y 100 casos por 100.000 habitantes al año. Las cifras no son baladí, ya que la TVP junto con el embolismo pulmonar (conocidas como enfermedad tromboembólica) constituyen la tercera causa de muerte cardiovascular, solo superadas por el infarto de miocardio y el ictus. Concretamente, se estima que uno de cada 100 pacientes con trombosis venosa profunda muere. Y en los casos más graves, las tasas de mortalidad y amputación de miembros pueden superar el 40 %.

Entre las personas con más predisposición a sufrirla se encontrarían aquellas que han padecido una inmovilización prolongada. Por ejemplo, un encamamiento durante una hospitalización o tras un ictus, las que se han sometido a una cirugía o aquellas que han sufrido un traumatismo. Asimismo, la trombosis venosa profunda también se produce con más asiduidad en pacientes con cáncer, enfermedades autoinmunes y algunas enfermedades sanguíneas.

Tal y como explica el doctor Jorge Cobos, miembro de la Sociedad Española de Radiología Vascular e intervencionista (SERVEI), la obstrucción de las venas en miembros inferiores habitualmente produce «inflamación, dolor y calor en la zona afectada».

Además, según el especialista de la Unidad de Radiología Vascular e Intervencionista del Hospital Universitario Ramón y Cajal de Madrid, el diagnóstico precoz, como ha ocurrido en el caso del entrenador del Girona, es «fundamental», ya que si la obstrucción es más extensa, el trombo puede llegar a producir «una congestión masiva de la extremidad, gangrenándola», y los coágulos pueden desplazarse y taponar el pulmón, lo que se denomina embolismo pulmonar.

La importancia de la RVI en los casos más graves

El tratamiento estándar y de eficacia probada que se aplica a todos los pacientes con trombosis venosa profunda son los fármacos anticoagulantes (como la heparina subcutánea, el sintrom o los nuevos anticoagulantes orales). Estos actúan disolviendo el coágulo sanguíneo, de forma que previenen la progresión y formación de más coágulos en las piernas; y el desarrollo de embolia pulmonar, que es la consecuencia más grave de la enfermedad.

Así, según afirma el doctor Cobos, el papel de los radiólogos vasculares e intervencionistas es «fundamental en los casos más graves durante la fase aguda de la trombosis» aspirando o deshaciendo los trombos con fármacos, restituyendo la circulación y evitando complicaciones. Por ejemplo, comenta, en el caso de pacientes con TVP extensa que afecte «a las venas iliacas o a la vena cava», así como en aquellos pacientes con «contraindicación para tomar fármacos anticoagulantes» o cuando estos no son efectivos, una alternativa es la trombólisis con catéter.

Esta consiste en la inserción un catéter, mediante el uso de rayos X, en la vena de la pierna o del brazo, que se dirige hasta el sitio exacto en el que se encuentra el trombo. Una vez allí, a través del catéter, se inyecta en el trombo una medicación específica para disolver el coágulo e, incluso, aspirarlo y extraerlo.

«En otros casos también puede ser necesario tras una obstrucción crónica reabrir las venas de gran calibre, las del abdomen y la pelvis, mediante stents», afirma el portavoz de la SERVEI. Esta técnica puede permitir recuperar el flujo venoso y mejorar la circulación en la zona afectada.

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