
El Ozempic es posiblemente el fármaco que se ha vuelto más popular para perder peso, aunque esa no es su función
Los medicamentos para adelgazar también reducen el consumo de alcohol: hasta un 68 % en solo cuatro meses
El trastorno por consumo de alcohol, una condición crónica y recurrente, causa alrededor de 2,6 millones de muertes al año, lo que representa el 4,7 % de todas las muertes a nivel mundial
Las personas que utilizan liraglutida o semaglutida para perder peso reducen su ingesta de alcohol en casi dos tercios en un periodo de cuatro meses, según un estudio reciente del Centro de Investigación de Complicaciones de la Diabetes del University College de Dublín, Irlanda. Los hallazgos fueron presentados en el Congreso Europeo sobre Obesidad 2025 (ECO 2025), celebrado en Málaga, España.
El trastorno por consumo de alcohol, una condición crónica y recurrente, causa alrededor de 2,6 millones de muertes al año, lo que representa el 4,7 % de todas las muertes a nivel mundial. Aunque existen tratamientos eficaces como la terapia cognitivo-conductual, las terapias motivacionales y algunos fármacos, el 70 % de los pacientes recae durante el primer año.
Los análogos del péptido similar al glucagón tipo 1 (GLP-1), desarrollados originalmente para tratar la obesidad, han demostrado reducir el consumo de alcohol en estudios con animales. Sin embargo, la evidencia en humanos aún es incipiente.
Para explorar esta relación, el profesor Carel le Roux y su equipo en Irlanda y Arabia Saudita recopilaron datos prospectivos de pacientes con obesidad que estaban siendo tratados en una clínica de Dublín con liraglutida o semaglutida. En total, el estudio incluyó a 262 adultos con un índice de masa corporal (IMC) igual o superior a 27 kg/m² (79 % mujeres, edad promedio de 46 años y peso medio de 98 kg).
Antes de iniciar el tratamiento, los participantes fueron clasificados en tres grupos según su consumo autodeclarado de alcohol: no bebedores (11,8 %), bebedores ocasionales (menos de 10 unidades por semana, 19,8 %) y bebedores habituales (más de 10 unidades por semana, 68,4 %). De ellos, 188 fueron seguidos durante un promedio de cuatro meses.
Durante ese periodo, ninguno de los pacientes aumentó su consumo de alcohol. En promedio, el consumo semanal se redujo de 11,3 a 4,3 unidades, lo que representa una disminución de casi dos tercios. En el grupo de bebedores habituales, la reducción fue aún más notable: de 23,2 a 7,8 unidades por semana, es decir, un 68 %, similar a los efectos del nalmefeno, un medicamento utilizado en Europa para tratar el trastorno por consumo de alcohol.
«El mecanismo exacto por el cual los análogos del GLP-1 reducen el deseo de beber aún se está investigando», explicó el profesor Le Roux. «Pero parece estar relacionado con una disminución del ansia de alcohol originada en zonas subcorticales del cerebro, fuera del control consciente. Por eso, los pacientes reportan que el cambio ocurre sin esfuerzo.»
Entre las limitaciones del estudio se encuentran el tamaño reducido de la muestra, el uso de datos autodeclarados y la ausencia de un grupo de control. No obstante, uno de sus puntos fuertes es la recolección de datos en condiciones reales y de forma prospectiva.
Le Roux concluye: «Los análogos del GLP-1 ya han demostrado ser efectivos para tratar la obesidad y reducir el riesgo de complicaciones asociadas. Ahora estamos viendo señales prometedoras de beneficios adicionales, como la disminución del consumo de alcohol, lo que abre nuevas posibilidades terapéuticas».