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Dos personas caminan, a 26 de diciembre de 2024, en Madrid (España). La revalorización supondrá un aumento de 600 euros anuales para las pensiones contributivas, y de 500 euros anuales para las pensiones medias. La subida de las pensiones contributivas y de clases pasivas en un 2,8% para 2025, ya confirmada por el Gobierno el pasado noviembre, obedece a la fórmula de revalorización recogida en la Ley de reforma de las pensiones, en la que se tiene en cuenta, como referencia para determinar la subida de estas prestaciones, el IPC interanual promedio de doce meses (de diciembre del año anterior a noviembre del ejercicio en vigor). En 2024, las pensiones contributivas se revalorizaron un 3,8% porque la inflación media fue mayor, mientras que en 2023 lo hicieron en un 8,5%.

Eduardo Parra / Europa Press
26 DICIEMBRE 2024;PENSIÓN;IPC;PENSIONES;ANCIANOS;PERSONAS MAYORES;JUBILADOS;
26/12/2024

Dos personas mayores caminanEuropa Press

Un estudio revela la velocidad a la que hay que caminar para mantenerse en forma

La investigación resalta el potencial del caminar como una forma de ejercicio accesible y con amplio impacto en la salud

Un equipo de investigadores de la Facultad de Medicina de la Universidad de Chicago ha demostrado que caminar a un ritmo ligeramente más rápido de lo habitual puede generar beneficios significativos en la salud física de adultos mayores frágiles o en riesgo de desarrollar fragilidad. Según el estudio, publicado en la revista PLOS One, un incremento de tan solo 14 pasos por minuto respecto al paso habitual es suficiente para lograr una mejora notable en la capacidad funcional de estas personas.

El ritmo de la caminata, medido en pasos por minuto —también denominado cadencia— se presenta como una forma intuitiva y accesible de cuantificar la intensidad del ejercicio. El doctor Daniel Rubin, anestesiólogo de UChicago Medicine y autor principal del estudio, centró su atención en este parámetro durante sus valoraciones clínicas a pacientes ancianos en preparación para intervenciones quirúrgicas. A partir de un análisis secundario de un ensayo controlado, el equipo de Rubin examinó a personas mayores consideradas frágiles o prefrágiles, quienes participaron en programas estructurados de caminata dentro de sus comunidades residenciales, bajo supervisión del personal investigador.

Los participantes fueron divididos en dos grupos: a unos se les indicó que caminaran a su ritmo cómodo, mientras que a otros se les animó a hacerlo «lo más rápido posible de forma segura». Utilizando dispositivos colocados en el muslo, los investigadores midieron con precisión la cadencia durante las sesiones. El resultado fue claro: quienes aumentaron su ritmo en al menos 14 pasos por minuto —hasta alcanzar un promedio cercano a los 100 pasos por minuto— mostraron avances significativos en su rendimiento físico, evidenciados en pruebas estandarizadas de distancia recorrida.

Rubin subraya el impacto tangible que este simple cambio puede tener en la vida diaria de una persona mayor: «Las personas que no han experimentado la fragilidad no pueden imaginar la gran diferencia que supone no cansarse al ir al supermercado o no tener que sentarse mientras están fuera».

Como evolución natural del estudio, los investigadores desarrollaron la aplicación móvil Walk Test, pensada para medir con exactitud la cadencia durante caminatas breves y deliberadas. Rubin explica que decidieron no depender de las mediciones integradas de los teléfonos inteligentes, que pueden ser imprecisas, y optaron por desarrollar una herramienta específica con un método de análisis de código abierto. Las pruebas de validación de la aplicación arrojaron resultados comparables a los de dispositivos profesionales utilizados en entornos clínicos.

Además de su precisión técnica, los creadores pusieron especial atención en que la aplicación fuera fácil de usar y accesible para personas mayores. Aunque Walk Test aún no está disponible para el público general, los investigadores recomiendan como alternativa el uso de aplicaciones de metrónomo. Estas pueden ayudar a los usuarios a mantener una cadencia constante durante sus caminatas, lo que permite adaptar el ejercicio a una intensidad adecuada y monitorizar el progreso personal.

La investigación resalta el potencial del caminar como una forma de ejercicio accesible y con amplio impacto en la salud. Rubin destaca que incluso caminar a un ritmo natural tuvo efectos beneficiosos en los participantes, pero que añadir un leve aumento en la velocidad, siempre que sea seguro, puede maximizar los resultados.

Como recomendación práctica, el equipo sugiere comenzar por medir la propia cadencia habitual para establecer un punto de referencia. A partir de ahí, se puede intentar incrementarla poco a poco hasta alcanzar un nivel que resulte algo más exigente, pero cómodo. Esta estrategia puede incorporarse fácilmente a la rutina diaria y convertirse en una herramienta valiosa para promover un envejecimiento activo, saludable e independiente.

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