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El relleno puede determinar la calidez del abrigoGTRES

El truco para saber si un abrigo es bueno para el frío antes de comprarlo

Los expertos explican en qué hay que fijarse

Con la bajada de temperaturas, encontrar un abrigo que cumpla realmente su función térmica puede convertirse en una elección más complicada de lo que aparenta. En muchas ocasiones, el consumidor se deja seducir por el diseño, el precio o la suavidad del tejido, sin prestar atención al elemento más crucial: la capacidad de retener el calor. Sin embargo, existen indicios –detectables incluso antes de probarse la prenda– que permiten identificar si esta es verdaderamente eficaz o meramente estética.

La creadora de contenido Almu Carrión (@almucarrion), conocida por su afición a la moda y sus recomendaciones prácticas, ha compartido recientemente en un vídeo algunas claves para reconocer un abrigo que realmente proteja del frío. Su consejo gira en torno a una premisa sencilla y acertada: observar la etiqueta. Según explica, el secreto reside en el tipo de relleno y su proporción: «Cuanto más plumón frente a pluma tenga, mejor abriga». Como ejemplo, menciona un modelo con un 90 % de plumón y un 10 % de pluma como óptimo para el aislamiento térmico, frente a otro con relleno de poliéster en su totalidad que, en sus palabras, «solo hará que sudes» debido a su escasa transpirabilidad.

Pese a la validez de su afirmación, expertos en el sector textil puntualizan que no todos los materiales sintéticos generan ese efecto indeseado. Según recoge Europa Press, existen fibras desarrolladas con tecnología avanzada –como Primaloft o Thinsulate– que, al estar diseñadas para la ropa técnica y de montaña, ofrecen un elevado rendimiento térmico al tiempo que permiten la evacuación de la humedad. Estos rellenos sintéticos, empleados en prendas para condiciones climáticas extremas, pueden incluso superar al plumón natural en entornos húmedos, donde este último pierde parte de su eficacia aislante.

Tejido exterior

No solo el relleno determina la calidez del abrigo. El tejido exterior también juega un papel fundamental. Al respecto, Carrión indica que un acabado de poliéster «no es malo», ya que actúa como barrera frente al viento y la lluvia ligera. En esto coinciden los fabricantes: cuando el poliéster ha sido tratado adecuadamente, posee propiedades repelentes al agua y sirve de cortaviento, aunque su capacidad para permitir la transpiración depende directamente de la tecnología empleada en su confección.

En efecto, la combinación del tipo de tejido con los avances técnicos en su elaboración influye decisivamente en el confort térmico del usuario. Materiales con membranas impermeables y transpirables –como el Gore-Tex– han revolucionado el mercado, permitiendo abrigos más ligeros y eficaces. Además, los nuevos acabados hidrófugos y los sistemas de sellado de costuras mejoran notablemente la protección frente a la intemperie sin sacrificar la comodidad.

En definitiva, escoger un buen abrigo va más allá de la apariencia. Analizar la composición del relleno y conocer las prestaciones del tejido exterior son pasos esenciales para acertar. Una prenda de abrigo eficaz no solo debe mantener el calor, sino también permitir la regulación de la temperatura corporal y proteger frente a factores ambientales adversos. Así, el consumidor podrá afrontar el invierno no solo con estilo, sino también con auténtica funcionalidad.

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