Tabla de alumnio
Por qué deberías usar una tabla de aluminio para descongelar alimentos más rápido
Esta superficie descongela la comida mucho más rápido que otras superficies
Tener alimentos congelados es la manera más fácil y segura de conservar y alargar la vida de carnes, pescados o verduras. Los expertos recomiendan, para evitar la multiplicación de bacterias, una descongelación lenta y a temperaturas de refrigeración, sin embargo, ya sea por un olvido o por una decisión de último momento, hay ocasiones que se necesita recurrir a una descongelación más rápida. Aquí entran en juego las tablas de descongelación que permiten acelerar el proceso hasta diez veces más rápido que a temperatura ambiente.
Su funcionamiento se basa en la absorción del calor del entorno y su transferencia directa a los alimentos, lo que favorece una descongelación más eficiente y uniforme sin necesidad de electricidad ni calor añadido.
El químico Vladimir Sánchez, @breakingvlad, explica en sus redes sociales que clave de esta descongelación rápida y cuáles son sus límites. El químico señala que el truco está en las propiedades del aluminio y en su capacidad para transferir el calor del entorno al alimento de forma más eficiente que otros materiales habituales en la cocina, según recoge Europa Press.
La función de la placa descongelante es simple. El químico explica en un vídeo en Instagram que estas tablas suelen estar fabricadas en aluminio, «un metal conocido por ser un excelente conductor térmico. Esto significa que puede transferir calor de un sitio a otro de forma rápida y eficiente» y añade: «Cuando pones un alimento congelado sobre la tabla, el calor de la propia superficie y del ambiente se transfiere al alimento de una manera mucho más rápida en comparación con otros materiales como la madera que son malos conductores térmicos».
Cuidado con la proliferación bacteriana
Estas tablas no eliminan los riesgos asociados a una descongelación incorrecta. Las guías de la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición (AESAN) recuerdan que dejar alimentos a temperatura ambiente puede favorecer la proliferación bacteriana, ya que entre 5 °C y 65 °C se encuentra la llamada «zona de peligro».
Por ello, aunque estos utensilios pueden ser útiles para acelerar el proceso, siempre es recomendable combinar su uso con prácticas seguras de descongelación. Lo más recomendable es descongelar los alimentos en la nevera, con agua fría o en el microondas, métodos controlados que mantengan los productos fuera de la llamada zona de peligro' bacteriana.