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La forma de pera es mejor para las mujeres posmenopáusicasGTRES

La forma del cuerpo de la mujer a partir de los 50 condiciona su salud

La forma de pera es mejor para las mujeres posmenopáusicas, incluso si tienen un peso normal

Al rededor de los 45 años la disminución de estrógenos y progesterona, junto con el envejecimiento en general, desencadena cambios metabólicos en el organismo femenino. Como consecuencia de estas alteraciones metabólicas se producen sudores nocturnos, sofocos, sequedad vaginal, infecciones del tracto urinario o cambios de humor. Además, el cuerpo de la mujer empieza a cambiar y es común el aumento de peso y grasa abdominal. Es cuando aparece el conocido como 'vientre de la menopausia'.
Un cambio propio de la menopausia es la disminución de la masa muscular, lo que resulta en una menor quema de calorías. Si se queman menos calorías, la grasa se acumula. Mónica Christmas, directora del programa de menopausia del sistema de salud y del Centro para la Salud Integrada de la Mujer de la Universidad de Chicago explica: «La genética, la falta de sueño y un estilo de vida sedentario también juegan un papel. Puede ser un círculo vicioso. Perdemos tono muscular y acumulamos más grasa a medida que nuestro metabolismo se ralentiza, lo que contribuye a un mayor aumento de peso. Y ese ciclo continúa».
Sin embargo, el lugar donde se acumula esa grasa también juega un importante papel en el desarrollo de ciertas enfermedades. Un estudio, publicado en 2019 en el European Heart Journal, encontró que almacenar una mayor proporción de grasa corporal en las piernas –lo que se conoce como cuerpo en forma de pera– estaba relacionado con un riesgo significativamente menor de enfermedad cardiovascular ( ECV) en estas mujeres.
Entre las posmenopáusicas con un índice de masa corporal normal, una mayor grasa en el tronco se asocia con un mayor riesgo de enfermedad cardiovascular, mientras que una mayor grasa en las piernas se asocia con un menor riesgo de enfermedad cardiovascular.

Una mayor grasa en el tronco se asocia con un mayor riesgo de enfermedad cardiovascularRevista Europea del Corazón

Las mujeres posmenopáusicas que tienen forma de 'manzana' en lugar de 'pera' tienen un mayor riesgo de sufrir problemas cardíacos y vasculares, incluso si tienen un índice de masa corporal (IMC) normal y saludable, según la investigación.
Los investigadores, dirigidos por el Dr. Qibin Qi, profesor asociado de la Facultad de Medicina Albert Einstein de Nueva York (EE. UU.), descubrieron que las mujeres que se encontraban en el 25 % superior de las que almacenaban la mayor cantidad de grasa alrededor de la cintura o el tronco (en forma de manzana) tenían casi el doble de riesgo de problemas cardíacos y accidentes cerebrovasculares en comparación con el 25 % de las mujeres con menos grasa almacenada alrededor de su cintura. Por el contrario, el 25 % de las mujeres con la mayor proporción de grasa almacenada en las piernas tenían un riesgo un 40 % menor de ECV en comparación con las mujeres que almacenaban menos grasa en las piernas.
El Dr. Qi afirma que «estos hallazgos sugieren que las mujeres posmenopáusicas, a pesar de tener un peso normal, podrían tener un riesgo variable de enfermedad cardiovascular debido a las diferentes distribuciones de grasa alrededor de la parte media o de las piernas. Además del control general del peso corporal, es posible que las personas también necesiten prestar atención a su grasa corporal regional, incluso aquellos que tienen un peso corporal saludable y un IMC normal».

Circunferencia de la cintura

Cuando las mujeres llegan a la menopausia, pueden sufrir cambios en la forma de su cuerpo y en su metabolismo. Es posible que se almacene más grasa alrededor de los órganos del cuerpo que debajo de la piel. Además, la distribución de la grasa corporal está determinada tanto por la genética como por la exposición a factores ambientales, como la dieta y el ejercicio. Se sabe que la grasa almacenada alrededor de los órganos del abdomen aumenta el riesgo de problemas metabólicos, como un peor control de los niveles de azúcar en sangre, niveles elevados de insulina, inflamación y niveles más altos de colesterol, que pueden provocar enfermedades cardiovasculares.
Los mecanismos que explican por qué el aumento de grasa en las piernas puede tener un efecto protector no se conocen tan bien, pero pueden deberse a que la grasa almacenada en las piernas no causa problemas en otras partes del cuerpo.
El Dr. Qi dijo: «En la práctica clínica habitual, el IMC es un enfoque común para evaluar el riesgo de enfermedad cardiovascular de una persona. Las organizaciones nacionales también recomiendan la medición de la circunferencia de la cintura para proporcionar información adicional, pero normalmente sólo en aquellos con un IMC entre 25 y 34,9 kg/m2. Como tal, es posible que a algunas personas clasificadas como de peso normal no se les reconozca un mayor riesgo de enfermedad cardiovascular debido a la distribución de su grasa corporal y, por lo tanto, es posible que no se les recomienden medidas preventivas» y añade: «Nuestros hallazgos resaltan la necesidad de utilizar medidas antropométricas que reflejen mejor la distribución regional de grasa para identificar un mayor riesgo de enfermedad cardiovascular. Estas son direcciones de investigación importantes para futuros estudios de población», concluye el investigador.
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