Norovirus, el virus estomacal que ha contagiado a media España
Los norovirus se contagian a través del contacto directo con una persona infectada o a través de superficies contaminadas
Estos días de reuniones familiares y fiestas entre amigos es común contagiarse con alguno de los virus que circulan por el aire aumentando los casos de catarros, gripes o gastroenteritis. Dolor de garganta, congestión nasal, fiebre, estornudo, tos o problemas intestinales son algunos de los síntomas que médicos y pediatras atienden en los centros hospitalarios, aunque según advierten los expertos el pico de gripe y de infecciones agudas por virus se estima se alcance entre el 15 de enero y las primeras dos semanas de febrero.
Gastroenteritis viral
Los norovirus son un clásico y es que, este virus estomacal está en aumento. Cabe recordar que el norovirus humano, un virus de ARN de cadena positiva es la principal causa de gastroenteritis viral y representa aproximadamente 685 millones de casos y 212.000 muertes al año en todo el mundo, no tiene vacunas ni antivirales aprobados. También llamado virus de Norwalk o virus de vómito invernal, el norovirus es extremadamente contagioso. Puede propagarse a través del contacto directo con una persona infectada o a través de superficies contaminadas. Si se comparte comida, bebida o utensilios con una persona infectada, podría contraer el virus.
Los síntomas del norovirus incluyen náuseas, vómitos, diarrea y calambres estomacales. Algunas personas también pueden experimentar fatiga, fiebre leve, escalofríos, dolores de cabeza y dolores musculares.
Que son los rinovirus
Según el Centro para la Prevención y el Control de las Enfermedades, más de 200 virus pueden causar un resfriado, siendo los rinovirus el tipo más común, mientras que el origen de la gripe es el influenza. Los síntomas del resfriado son similares a los de la gripe o la covid, por lo que en algunos casos pueden confundirse. Las tres son enfermedades de origen viral y el tratamiento es similar.
Diferencia entre gripe, covid y resfriado
La diferencia más visible es la intensidad de los síntomas. La gripe es mucho más intensa y debilitante y puede provocar fiebre alta durante tres días o más. Además, aparece súbitamente y sus síntomas pueden durar una o dos semanas. Por el contrario, el resfriado llega de forma gradual y tiene una duración más corta. Los síntomas comunes son, estornudos, congestión nasal, moqueo y lagrimeo, dolor de garganta y de cabeza, tos, goteo de mucosidad en la garganta.
El resfriado suele cursar con fiebre baja o sin ella. La gripe, si suele cursar con fiebre, pérdida de apetito y malestar general.
Algunos de los síntomas, especialmente el moqueo o la congestión nasal y la tos, pueden durar hasta 10-14 días y deberían mejorar con el tiempo. Sin embargo, los médicos son cautos y aconsejan estar muy pendientes de los síntomas porque puede derivar en bronquitis o neumonía, sobre todo en las personas con el sistema inmunitario debilitado, asma o afecciones respiratorias.
La infección por Covid-19 se manifiesta con síntomas parecidos a la gripe, diagnosticándose con los test de antígenos. Es importante su diagnóstico para evitar la propagación del virus en el ámbito familiar, sobre todo si hay personas más vulnerables, y sigue siendo una de las consultas más frecuentes en la actualidad.
Reforzar el sistema inmune
La doctora Frankie Philips, especialista en Nutrición y Dietética de Reino Unido, explica que «es habitual que exista una preocupación por protegerse frente a los virus respiratorios estacionales durante estas fechas, y también cuando volvemos a la rutina».
Para ayudar a mantener un sistema inmune fuerte durante estas fechas, la experta ha recomendado aumentar la ingesta de vitamina C, un antioxidante «clave» que el cuerpo necesita para proteger las células inmunitarias, recordando que un vaso de zumo de naranja de 150 mililitros al día proporciona más del 80 por ciento de la recomendación diaria de este nutriente, y cuenta como una de las cinco frutas y verduras que se aconseja consumir a diario.
Asimismo, ha aconsejado consumir vitamina D, que ayuda a regular las células inmunitarias del organismo, especialmente para compensar la falta de luz solar en los meses de invierno, y que puede ser encontrada en el pescado azul, que también contiene grasas omega-3, que contribuyen a la mejora de la salud cardiovascular.
Por último, ha instado a incorporar zinc a la dieta, pues ayuda al sistema inmunológico a combatir las bacterias y los virus, para lo que se debe aumentar la ingesta de legumbres como garbanzos, lentejas o judías. Además, las semillas, los frutos secos y los cereales integrales también son ricos en zinc y se pueden añadir «fácilmente» a los alimentos del desayuno y el almuerzo.
«Incorporar estos nutrientes en la dieta diaria puede ayudar a que las defensas naturales del organismo se mantengan sólidas y a reducir la probabilidad de sucumbir a enfermedades estacionales y contagiar a otros de nuestro entorno», ha añadido.