
Cepillo de dientes
La forma correcta de dejar el cepillo de dientes después de usarlo
Guardar el cepillo cerca del inodoro puede causar contaminación
Hoy en día son muchos y muy variados los productos de limpieza para la boca. Desde el clásico y económico cepillo de dientes manual o el cepillo eléctrico hasta el cepillo interdental, seda dental, colutorios, irrigadores bucales, limpiador lingual, distintas pastas de dientes u otros productos específicos para la limpieza de prótesis. Y es que, una correcta higiene de la boca es fundamental no solo para prevenir las dos patologías más frecuentes bucodentales: la caries y la enfermedad periodontal (piorrea), sino para contribuir a una buena salud general.
Los organismos y sociedades científicas internacionales avalan que se puede conseguir un adecuado control de las bacterias orales mediante dos cepillados diarios (idealmente tres). De estos dos cepillados, uno necesariamente tiene que ser nocturno y siempre con pasta dentífrica con flúor.
La doctora Carolina Escudero explica que el cepillo eléctrico elimina más placa bacteriana que el manual, de manera que reduce entre un 20 % y un 60 % el riesgo de padecer gingivitis. Igualmente, es esencial hacer uso de un cepillo interdental para poder limpiar aquellos espacios a los que el cepillo normal no puede acceder.
Respecto a la pasta fluorada, la doctora ha indicado que a partir de los 7 años se debe utilizar un dentífrico con una cantidad de flúor por encima 1.450 partes por millón y de 1.000 partes por millón hasta esta edad. La seda dental, el colutorio y los irrigadores bucales también son importantes a la hora de cuidar de la higiene bucodental para poder eliminar la placa y los retos de alimentos que se acumulan entre los dientes y debajo de la línea de las encías.
Según el Consejo Dentistas, entre las principales recomendaciones para hacer correctamente el cepillado está hacerlo durante dos minutos, tiempo que se estipula porque se considera que para cada cuadrante (si dividimos la boca en 4 partes) se necesitan unos 30 segundos de cepillado. También hay que tener en cuenta que la higiene de la lengua es fundamental, ya que ayuda a eliminar las bacterias y las células muertas, y previene enfermedades y el mal aliento (halitosis).
Cómo evitar las bacterias
Los cepillos pueden llegar a albergar una amplia variedad de microorganismos, incluyendo bacterias, hongos y virus. Por eso se recomienda no tapar el cepillo tras el uso y dejarlo secar al aire evitando que crezcan bacterias. Además, se debe mantener de pie con el cabezal hacia arriba.
Pero, ¿evita esto la contaminación de los cepillos? Según diferentes estudios, el guardar el cepillo cerca del inodoro puede causar contaminación y facilitar el crecimiento de microorganismos oportunistas. «Hay que tener en cuenta que la acción de vaciar el sanitario genera aerosoles con microorganismos fecales que pueden contaminar los cepillos de dientes», afirman los expertos.
Algunos autores, dando por hecho que es imposible impedir la contaminación, recomiendan sumergirlos en alguna sustancia antibacteriana después de cada uso. Incluso bastaría mantener en contacto el cepillo con la pasta dentífrica entre uso y uso para reducir la contaminación.
Además, aconsejan cambiar el cepillo todos los meses ya que en diferentes estudios aquellos usados durante tres meses tenían una contaminación mayor que los usados durante un mes.
Cuando se almacenan varios cepillos en un mismo recipiente, la distancia de almacenamiento entre ellos es mínima, lo que puede favorecer la contaminación por contacto, por esto se desaconseja guardar en un mismo recipiente varios cepillos.