El consumo elevado de café puede afectar a las personas mayores

El consumo elevado de café puede afectar a las personas mayores

El beneficio inesperado de beber entre cuatro y seis tazas diarias de café

Una nueva investigación sugiere que puede reducir el riesgo de fragilidad

Un nuevo trabajo se suma a la literatura científica que apoya los posibles efectos positivos del café en distintas esferas de la salud, reforzando su consideración no solo como una bebida cotidiana, sino como un aliado potencial en el mantenimiento de la calidad de vida en la tercera edad. El estudio, recientemente publicado en el European Journal of Nutrition, revela que consumir entre cuatro y seis tazas diarias de café, o incluso más, podría estar vinculado a una reducción del riesgo de fragilidad en adultos mayores.

Esta investigación, respaldada por el Instituto para la Información Científica del Café (ISIC), se posiciona como la primera en examinar directamente la relación entre la ingesta habitual de café y los factores que subyacen a la fragilidad en personas de edad avanzada.

Café y envejecimiento

Hasta ahora, diversas investigaciones habían sugerido que el consumo regular de café podría contribuir a paliar algunos efectos naturales del envejecimiento, como la pérdida de capacidades cognitivas o la aparición de enfermedades inflamatorias. El nuevo estudio profundiza en estos indicios, centrándose en los beneficios potenciales que el hábito de tomar café puede ofrecer a lo largo del tiempo en lo relativo al mantenimiento de la salud física en la tercera edad.

Para llevar a cabo este análisis, un grupo de investigadores realizó un seguimiento durante siete años a un total de 1.161 personas mayores de 55 años, dentro del marco del Estudio Longitudinal sobre el Envejecimiento de Ámsterdam (LASA). El objetivo fue observar la posible asociación entre el consumo de café y la aparición o evolución de la fragilidad, una condición que se evaluó utilizando el fenotipo de fragilidad de Fried.

Fenotipo de fragilidad de Fried

Este modelo incluye cinco síntomas: pérdida de peso, debilidad muscular, agotamiento, lentitud al caminar y bajo nivel de actividad física. Se considera que una persona es frágil cuando presenta al menos tres de estos indicadores.

Los resultados del estudio indican que quienes consumen café de manera habitual presentan una menor probabilidad de desarrollar fragilidad. Esta conclusión, según los autores, se alinea con la evaluación científica de la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (AESA), que establece como segura una ingesta diaria de hasta 400 miligramos de cafeína, lo que equivale a unas tres o cinco tazas de café.

Los expertos apuntan a que los compuestos antioxidantes presentes en el café podrían desempeñar un papel relevante en estos efectos protectores. Dichas sustancias podrían contribuir a reducir los procesos inflamatorios, atenuar la sarcopenia —la pérdida progresiva de masa muscular— y proteger frente al deterioro muscular. Además, el café podría influir positivamente en la sensibilidad a la insulina y en la absorción de glucosa, aspectos clave en la salud metabólica de las personas mayores.

La profesora Margreet R. Olthof, investigadora principal del estudio y profesora asociada del Instituto de Investigación de Salud Pública de Ámsterdam, perteneciente a la Universidad Libre de Ámsterdam, subraya la importancia social del café y su impacto potencial sobre el envejecimiento saludable. En palabras de Olthof: «Beber café es fundamental en la vida diaria de muchas personas, y a medida que envejecen, buscan constantemente maneras de mantener su salud. Nuestros hallazgos resaltan la posible asociación beneficiosa entre el consumo diario de café y la reducción del riesgo de fragilidad en la vejez en la población mayor. Por lo tanto, el consumo de café puede favorecer un envejecimiento saludable, pero es importante que también exploremos más intervenciones dietéticas para garantizar que las personas mayores puedan seguir viviendo una vida plena».

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