
Espolvorear canela en los postres es seguro, pero en altas cantidades puede representar un riesgo
¿Es peligrosa la canela si tomas medicación? Esto dice la ciencia
Espolvorear canela en los postres es seguro, pero en forma de suplemento puede representar un riesgo
La mayoría de los estudios realizados hasta la fecha han demostrado que la canela no solo es una buena fuente de hierro, calcio, fibra, vitaminas C y B1 y selenio, además de antioxidante y antimicrobiano, sino que mejora significativamente la memoria y el aprendizaje. Sin embargo, esta especia, una de las más antiguas y ampliamente utilizadas en el mundo, podría interferir con ciertos medicamentos recetados, según un nuevo estudio del Centro Nacional para la Investigación de Productos Naturales.
Investigadores de la Universidad de Misisipi, en un estudio publicado en Food Chemistry: Molecular Sciences, descubrieron que el cinamaldehído —principal compuesto activo de la canela— estimula receptores encargados de eliminar medicamentos del organismo. Esto sugiere que un consumo elevado de canela podría disminuir la eficacia de algunos fármacos.
«El uso excesivo de suplementos sin la supervisión de un profesional de la salud podría generar problemas, ya que podría acelerar la eliminación de los medicamentos y reducir su efectividad», explicó Shabana Khan, investigadora principal del estudio.
Aunque la canela se ha usado durante siglos tanto en la cocina como en la medicina tradicional —por sus supuestos beneficios en el control del azúcar en sangre, la salud cardiovascular y la inflamación—, aún se desconoce con precisión cómo actúa en el cuerpo.
En pequeñas cantidades
Espolvorear canela sobre el café o los postres es seguro, pero su consumo en forma de suplemento concentrado puede representar un riesgo.
«Había muy pocos estudios sobre el destino del cinamaldehído en el cuerpo», añadió Khan. «Era esencial comprender su metabolismo y cómo interactúa con los receptores que procesan sustancias ajenas al cuerpo (xenobióticos), para evaluar su impacto cuando se combina con medicamentos».
No todas las formas de canela son iguales. Según Amar Chittiboyina, subdirector del centro, el aceite de canela —frecuentemente usado de forma tópica como antifúngico o en alimentos como aromatizante— tiene un riesgo muy bajo de interacción con medicamentos.
Mirar las etiquetas
Sin embargo, la canela Cassia —una variedad más económica y común en supermercados, originaria del sur de China— contiene altos niveles de cumarina, un compuesto anticoagulante. Esto podría representar un peligro para quienes ya toman anticoagulantes. En contraste, la canela de Ceilán (o de Sri Lanka), conocida como «canela verdadera», tiene niveles mucho más bajos de cumarina y, por lo tanto, representa un menor riesgo.
Bill Gurley, científico principal y coautor del estudio, enfatizó la necesidad de más investigación para comprender por completo las posibles interacciones entre la canela y los medicamentos.
«Sabemos que el cinamaldehído puede activar ciertos receptores, lo que podría conducir a interacciones farmacológicas», explicó. «Eso es lo que podría suceder, pero no lo sabremos con certeza hasta que se realicen estudios clínicos».
Hasta entonces, los investigadores recomiendan consultar siempre con un profesional de la salud antes de incorporar suplementos de canela a la dieta, especialmente si se toman medicamentos.
Por definición, los suplementos no están destinados a tratar, curar ni prevenir enfermedades
«Las personas con enfermedades crónicas como hipertensión, diabetes, cáncer, artritis, asma, obesidad, VIH, sida o depresión deben ser especialmente cautelosas», advirtió Khan. «Nuestra recomendación es clara: consultar al médico antes de combinar suplementos con tratamientos médicos».
Cómo leer las etiquetas
La experta en nutrición digestiva y hormonal Blanca García-Orea, conocida en redes sociales como Blancanutri, ofrece la clave para saber cómo elegir la canela en el supermercado. La experta explica cómo leer las etiquetas para distinguir entre los tipos de canela más comunes a la venta, la de Ceilán, procedente de Sri Lanka y del sur de la India, y la Cassia, procedente de China, Indonesia o Vietnam.