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Salud

¿Por qué hay personas que necesitan dormir tapadas incluso en verano?

La ansiedad, el sentido de protección y el ritual involuntario son algunos de los factores por los cuales te tapas con la sábana en verano sin saberlo

Uno de los momentos más felices para muchos se encuentra en el dormir. El descanso nocturno puede resultar un momento de pleno disfrute. Unas horas de relajación sin pensar en nada más que en descansar. Además de ser un tiempo relajante, también es necesario para el cuerpo y esencial para funcionar correctamente al día siguiente. Un sueño reparador puede favorecer una buena salud, tanto física como mental.

No obstante, dormir bien durante los meses veraniegos puede resultar complicado. Los mosquitos y el calor suelen ser los principales protagonistas de nuestra falta de sueño. Y es que, con las altas temperaturas, un buen ventilador y una gran paciencia son importantes para mantener un tiempo de descanso en las noches calurosas.

Aunque pueda resultar extraño, existen muchas personas que necesitan taparse en verano a pesar de sufrir un calor terrible. Y es que la explicación de esta acción tan contradictoria proviene de la psicología. Los rasgos emocionales y psicológicos explican por qué algunas personas se tapan para dormir, independientemente del clima.

Razones psicológicas y emocionales

A continuación, te contamos algunas de las causas principales por las cuales hay personas que, aunque sufran un calor agobiante por las noches, necesitan taparse para su calma mental.

Comenzando por una de las razones principales, encontramos la sensación de protección. Esta sábana actúa como una especie de «refugio» personal y emocional que permite que el individuo duerma pacíficamente con su escudo nocturno imaginario.

Incluso algunos se tapan con la manta utilizándola como una barrera contra el entorno que los rodea. De esta forma, la persona puede experimentar un alivio de protección y cuidado personal casi inmediato.

Para quienes sufren ansiedad, la sábana puede suponer un liberador de estrés nocturno. El contacto y el peso de las sábanas pueden resultar tranquilizadores para el cuerpo, ya que ofrecen un regulador o equilibrio que contrarresta el peso emocional que se sufre interiormente. Gracias al estímulo externo de la manta, los niveles de estrés pueden reducirse considerablemente.

La última razón por la que algunas personas hacen esto es que se trata de un acto involuntario derivado de ciertos patrones a los que el cuerpo se acostumbra desde la infancia. Como si de un ritual se tratara. Desde pequeños, nos tapamos con las sábanas durante casi todo el año. Continuar haciéndolo en verano es casi un acto automático debido a la costumbre de haberlo hecho durante toda la vida.

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